La dieta ideal es algo muy personal que hay que averiguar por si mismo pero en muchos casos se precisará el apoyo de alguien que sepa de nutrición. En este artículo os vamos a explicar hechos científicamente comprobados que os dejaran comprender porque podéis comer patatas, arroz y pasta sin tener que aumentar de peso y poneros enfermos. Muchos pacientes han dicho adios a su problema de hipertensión comiendo tambien estos alimentos pero reduciendo o quitando otros.
Hace cien y doscientos años gran parte de la población comía estos tres alimentos sin aumentar de peso y padecer diabetes tipo II. Solo nuestra manera actual de comer los ha convertido en alimentos proscritos. En China e India el arroz era el alimento mas consumido sin crear problemas de salud antes de que aumentara el consumo de carne.
La restricción calórica es una medida muy importante que alarga la vida al reducir el estrés oxidativo. Un hecho menos conocido es el efecto positivo por la restricción de la metionina, un aminoácido esencial que en la leche de vaca es de 3 a 4 veces mas frecuente que en la leche materna. En general comemos demasiada proteína animal y padecemos una absoluta falta de micronutrientes.
La proteína vegetal contiene menos metionina, presenta una disponibilidad biológica mucho mayor, aporta muchos otros nutrientes y –no menos importante le faltan sustancias dañinas como por ejemplo colesterol y ácidos grasos saturados. Estudios de Harvard y el estudio EPIC demostraron que los alimentos de fuente animal son la causa principal de diabetes tipo II. Los ácidos grasos saturados en la carne y la leche pueden inhibir el metabolismo de los hidratos de carbono y provocar una resistencia a la insulina. Esto lleva a que en la sangre se produzca un aumento de glucosa y de niveles aumentados de insulina. El Síndrome metabólico y la diabetes se encuentran en mucha mayor frecuencia en aquellas personas que consumen hidratos de carbono, sobretodo azúcar, junto a una alimentación rica en grasas y proteínas y además hacen poco ejercicio.
En China el arroz nunca provocaba problemas metabólicos hasta que no aumentó la cantidad de grasas y azúcar en su alimentación. En Europa el consumo de patatas no pudo ser relacionado con estas enfermedades metabólicas hasta que no aumentó el consumo de proteína animal y grasas. Es desde entonces que su consumo aumenta la grasa abdominal y hepática provocando una resistencia a la insulina consecuencia del consumo de ácidos saturados animales combinándolos con mono o disacáridos. Últimos estudios muestran que cadenas de aminoácido dobles que son muy frecuentes en la carne y la leche provocan una resistencia a la insulina.
Los carbohidratos son una fuente importante de energía. Aun así los carbohidratos simples como la glucosa y la sacarosa provocan un rápido aumento de carbohidratos en la sangre y en la célula y son quemados rápidamente lo que provoca la aparición de hambre en el corto plazo. La fructosa contenida en las bebidas azucaradas tiene un efecto similar. Los carbohidratos complejos contenidos como por ejemplo las legumbres, los copos de avena y los guisantes provocan un aumento mucho más lento y sostenido del aporte de energía y además aportan vitaminas minerales y fibra todos ellos elementos esenciales para nuestra nutrición. En este contexto hay que mencionar el trigo cuyos efectos negativos explicamos en otro artículo.
No es tan importante el índice glicemico de los alimentos como lo es el Food Insuline Index (FII) quiere decir el aumento de insulina producido por una determinada cantidad ingerida de un alimento concreto. Una alimentación de bajo índice glicemico en base a alimentos vegetarianos realmente disminuye los índices de enfermedad y mortalidad cardiovascular. Si esta alimentación de índice glicemico bajo es realizada consumiendo lácteos no habrá una disminución de esta enfermedad sino un marcado aumento. Nuestra dieta contiene demasiada proteína animal siendo esta un material de construcción y no una fuente de energía. Se sabe que necesitamos poca proteína, así por ejemplo los habitantes de la isla Okinawa, que son la población con los mayores índices de longevidad, toman 39 gramos de proteína al día. El exceso de proteína animal provoca un aumento de amoniaco, nitrógeno y otras sustancias que sobrecargan el hígado y los riñones aumentando el estrés oxidativo.
Son muchos los estudios que nos demuestran que el exceso de proteína animal provoca sobrepeso. El alto contenido de carbohidratos provoca un aumento de la grasa abdominal sobre cuando se toman en combinación con muchos ácidos grasos saturados, hidratos de carbono poco complejos y se realiza poco ejercicio. Ésta combinación siempre llevara al aumento de peso, a un hígado graso, enfermedades metabólicas y resistencia a la insulina. También provocará un aumento del estrés oxidativo y nitrogenado un mecanismo que tiene que ver con la aparición de enfermedades degenerativas como por ejemplo el Alzheimer y el Parkinson. Aminoácidos muy estudiados en este contexto son la metionina y la glutamina.
El mensaje importante de este articulo es que hay que disminuir el consumo de productos animales. El consumo de patatas, arroz y pasta no provoca problemas de salud cuando no es acompañando por consumo de proteína animal y una falta de ejercicio. En general hay que disminuir el consumo de proteína animal: lácteos, leche, pescado, embutidos y carne.
Desde la consulta del Dr. Marco Franzreb, le traemos siempre los últimos consejos en cuanto a nutrición que ayuden a mejorar su salud y la de sus familiares cercanos.