• 04 MAR 13

    Desde siempre el paciente diabético que presenta obesidad supone un dilema para el médico que le trata ¿se trata primero la diabetes o la obesidad? Hoy en día en la mayor parte de los casos se suele tratar la diabetes porque es más fácil de tratar que la obesidad. Este abordaje tiene un pequeño problema:

    ¡se trata la consecuencia y no la causa del problema de salud del paciente!

    Tratando en primer lugar la obesidad conseguiremos una rápida mejoría de los valores de la sangre y de la gravedad de la diabetes. Es un sinsentido decirle al paciente diabético tipo II que tome antidiabéticos orales sin darle consejo acerca de su dieta y del ejercicio que tiene que hacer.

    Más del 80% de los pacientes con diabetes melitus tipo  II tienen sobrepeso u obesidad. Esta aumenta de 3 a 7 veces el riesgo de desarrollar diabetes melitus tipo II. La grasa abdominal  es la bomba de relojería en estos casos.

    La grasa segrega adipocitoquinas y otras sustancias metabolicamente activas. Las sustancias segregadas por el tejido graso tienen un efecto sobre la resistencia a la insulina y pueden producir problemas cardiovasculares a largo plazo. Esto hace que la medida del perímetro de la cintura tenga dicha importancia quizás incluso más que el índice de masa corporal.

    La TNF-alfa es una de las sustancias segregadas por el tejido graso. Este factor de necrosis tumoral alfa (TNF-alfa) actúa sobre los receptores de insulina provocando una resistencia a la insulina en el propio tejido graso. Una de las consecuencias es la activación de una lipasa lo que lleva a un aumento de ácidos grasos libres que producen efectos tóxicos. Un efecto toxico de estos ácidos grasos libres afecta a los órganos que tienen que ver con el metabolismo de los carbohidratos: músculo, hígado y páncreas. Si el proceso continua también estos órganos presentaran una resistencia al efecto de la insulina. La resistencia a la insulina a largo plazo puede provocar la aparición de una diabetes militus tipo II.

    Desde hace un tiempo más y más especialistas se atreven a alterar las recomendaciones de tratamiento para los pacientes con diabetes tipo II y prediabetes. La recomendación de Metabolic Balance de pasar al paciente de 5 comidas a 3 comidas al día ya supuso un increíble cambio en las recomendaciones de alimentación para estos pacientes. El éxito de la dieta Metabolic Balance consiguiendo en algunos pacientes incluso quitar la insulina, en la práctica le ha dado la razón. Otro método es la utilización de la dieta proteinada ya sea mediante diaprokal o cualquier otro método de las empresas presentes en el mercado como por ejemplo Therascience.

    Siendo la dieta proteinada un método del tratamiento del sobrepeso muy efectivo, hay que proceder con mucha precaución al tratar al paciente con diabetes melitus tipo II con este tipo de dietas. El médico que acompañe a este paciente en el proceso tendrá que tener experiencia en el tratamiento de la diabetes y en lo que son los aspectos nutritivos en general. La realización de la dieta proteinada presentará aspectos especiales específicos para estos pacientes. En los pacientes con sobrepeso y diabetes melitus tipo II la dieta proteinada conseguirá un descenso de la glucemia y del HbA1c. Disminuirá la hiperinsulinemia y se producirá una perdida de peso a expensas de la masa grasa, con ausencia de hambre y una sensación de bienestar de vida a la cetosis. No se suele perder masa muscular y la perdida de masa magra es mínima.

    Son muchas las contraindicaciones para las dietas proteinadas en los casos de diabetes melitus tipo II nunca se utilizará en los casos de diabetes melitus tipo I y en los casos de diabetes melitus tipo II que no tengan reserva pancreática de insulina. Para decidir si un paciente puede participar en el programa de una dieta proteinada habrá que hacer un examen exhaustivo de su caso y también hacer una analítica de sangre. En esta analítica de sangre se determinarán también la albúmina y la bilirrubina  para asegurar que el paciente tenga un hígado funcionante. Si solo se determinaran las transaminasas en estos pacientes podríamos no darnos cuenta de un mal funcionamiento del hígado lo que llevaría a grandes problemas durante la dieta proteinada.

    Los tiempos a seguir se determinaran junto al paciente tratando de evitar objetivos inalcanzables. En muchos casos será un tratamiento por etapas parecido a la vuelta ciclista. Pero el objetivo de ambos debería ser reducir el diámetro en cintura por debajo de 94 cm en varones y por debajo de 80 cm en mujeres. De acuerdo a la NIH (1998) un perímetro de cintura por encima de 102 en hombres y por encima de 88 cm en mujeres supone un elevado riesgo.

    El paciente diabético tiene que entender que uno de los pilares esenciales de su tratamiento está en la actividad física. La combinación del ejercicio cardiovascular y de tonificación conseguirá un mayor control de la glucemia, medida mediante la hemoglobina glicosilada (HbA1c). La actividad física durante la realización de la dieta disminuirá significativamente el riesgo de complicaciones. La actividad física potenciará el efecto de disminución de la resistencia a la insulina conseguido con la pérdida de peso por si sola y ayuda a una mayor pérdida de peso pudiendo reducirse la necesidad de medicación.

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