• 28 FEB 14

    La exposición al pesticida DDT está asociada a más riesgo de sufrir Alzheimer.

    Es mucho todavía lo que queda por averiguar sobre el Alzheimer y otras enfermedades neurodegenerativas pero los expertos cada vez aportan más luz sobre sus posibles causas. Uno de esos trabajos es el que ahora publica la revista JAMA Neurology y que viene a incidir en la importancia del entorno/ambiente en este trastorno. Esta investigación ha identificado que haber estado expuesto a un pesticida como el DDT aumenta el riesgo de tener esta enfermedad por ello se encuentran a los pesticidas relacionados con el Alzheimer.

    pesticidas relacionados con el alzheimerEl DDT, sintetizado por primera vez en 1874, fue utilizado ampliamente como insecticida agrícola y forestal a partir de 1939. Décadas más tarde diferentes estudios demostraron sus efectos nocivos sobre la salud y se fue prohibiendo paulatinamente en muchos países. Estados Unidos lo hizo en 1972 y España oficialmente a finales de esa década. Sin embargo, nuestro país siguió permitiendo el empleo de esta sustancia para elaborar dicofol, un plaguicida, y no fue hasta 2008 cuando lo prohibiría como sustancia intermediaria para otros compuestos.

    Quizás por el uso prolongado que se ha hecho de él, por la comercialización ilegal o porque los metabolitos derivados del DDT, denominados DDE, permanecen varias décadas en el ambiente y en el organismo humano, varios estudios han constatado la presencia de estas sustancias en un gran número de personas. «Detectamos DDE en el 100% de la población española». Siempre que se ha estudiado una muestra poblacional se encuentra DDE en la totalidad de ellos, esto incluye a recién nacidos, lo que significa que el feto ha estado expuesto a esta sustancia durante el embarazo», afirma Miguel Porta, investigador del Instituto de Investigaciones Médicas del Hospital del Mar (IMIM).

    Este experto, que ha dirigido varias investigaciones sobre el tema, señala que la presencia de DDE en sangre demuestra que «estamos fracasando en detectar la exposición a esta sustancia, porque hacemos oídos sordos a los estudios que nos dicen que estamos expuestos al DDE y que lo vinculan con problemas en la salud».

    Precisamente el grupo responsable del estudio que ahora publica JAMA, dirigido por el doctor Dwight German, de la Universidad de Texas (EEUU), publicó en 2011 un trabajo en el que se vinculaba la exposición a un pesticida, el beta-HCH, con un mayor riesgo de enfermedad de Parkinson. En aquella ocasión, «encontramos que los pacientes con Alzheimer no presentaban en sangre niveles elevados de este pesticida, pero sí DDE. Por lo que se decidió buscar más detenidamente esta sustancia».

    La investigación

    Por este motivo, iniciaron un nuevo estudio enfocado a buscar DDE en 86 pacientes con Alzheimer y enpesticidas relacionados con el alzheimer 79 personas sin este trastorno. El análisis ha constatado que 74 de las personas con este trastorno tenían en su sangre cuatro veces más cantidad de DDE que los 79 voluntarios sin este problema. Además, aquellos sujetos con mutación genética que les predispone a tener esta enfermedad y con altos niveles del plaguicida en sangre habían desarrollado un deterioro cognitivo más severo que los pacientes sin este gen. Al mismo tiempo, los análisis de muestras de cerebro (de enfermos fallecidos) mostraron que la presencia del metabolito del DDT aumentó la cantidad de una proteína asociada con las placas amiloides características del Alzheimer.

    Factores genéticos y ambientales

    «Son datos muy atractivos, aunque este vínculo explicaría sólo unos casos de Alzheimer, no todos. Si esto se confirmara en otros estudios, todavía no sabemos de qué proporción de casos estamos hablando, ni cuánto tiempo tendría que estar expuesta una persona ni a qué dosis. No obstante, creo que lo más importante es haber llamado la atención sobre este vínculo, porque ahora se investigará más sobre esto», explica Pablo Martínez Martín, neurólogo y director científico de la Unidad Multidisciplinar de Apoyo de la Fundación Centro de Investigación de las Enfermedades Neurológicas.

     Las últimas dos generaciones se consideran las más longevas que cualquier generación anterior, pero han estado expuestas a condiciones que pertenecen ya a los antepasados, como la minería, pesticidas, guerras, mala alimentación… este entorno tiene un impacto mucho tiempo después, al cabo de 20, 30 o 40 años. Mucha gente decide ponerse en forma a los 60, pero la clave está en las edades medianas de la vida. Lo que hagan entonces lo van a cobrar años más tarde.

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