
Jon Gabriel, bioquímico y autor del libro «Visualization for Weight Loss: The Gabriel Method Guide to Using Your Mind to Transform Your Body», ha conseguido adelgazar 99kg en 2 años y medio sin ponerse a régimen. Tras intentar perder peso probando múltiples dietas que decían ser exitosas y no conseguir ningún resultado, tomó una decisión fundamental que cambió su vida: iba a averiguar por qué su cuerpo no dejaba de ganar peso y qué debía hacer para conseguir adelgazar.
Invirtió 12 horas al día en investigar acerca de las hormonas, enzimas y neurotransmisores que provocan el aumento de peso. Llegó a la conclusión de que la clave para perder peso es conseguir que nuestro cuerpo esté en “equilibrio hormonal”, teniendo una perspectiva que incluya mente y cuerpo.
A partir de estas bases, consiguió bajar de peso, al igual que las personas que han seguido su libro, perdiendo una media de entre 20 y 90 kilos.
Los puntos claves de su método para adelgazar
- Dejó de hacer dietas y comenzó a nutrirse
- Normalizó su digestión
- Acabó con la apnea del sueño
- Equilibró mente-cuerpo
- Creó una vida más sostenible
- Solucionó sus problemas emocionales
- Desintoxicó su cuerpo
Gabriel se dio cuenta de que padecía hambre crónica debido a sus niveles bajos de nutrientes y proteínas esenciales, como omega-3. Trató de incluirlos en la mayor cantidad posible en su alimentación, pero sin dejar de comer dulces o patatas fritas cuando quería. Su apetito fue cambiando, prefiriendo alimentos ricos en nutrientes a la comida basura.
Al tener déficit de determinados nutrientes, también tenía problemas intestinales, que le causaban inflamación. Esto provoca que las hormonas favorezcan el almacenamiento de grasas. Comenzó a tomar alimentos fermentados y orgánicos y probióticos y enzimas digestivas, consiguiendo normalizar así la digestión.
La apnea del sueño afecta a muchas personas con sobrepeso. Este problema genera un estado hormonal que estimula el aumento del peso al aumentar los niveles de cortisol, incrementando las ansias de comida basura.
Empezó a utilizar una máquina CPAP –que sopla aire en la nariz y la boca para evitar que la tráquea permanezca abierta – y notó que tenía más energía y menos antojos.
El estrés aumenta los niveles de cortisol y la inflamación, con su consecuente solicitud de caprichos y aumento del almacenamiento de grasas. Por lo que comenzó a meditar y a dedicar tiempo a reducir este estrés.
Una parte importante de este gran cambio, fue reducir las preocupaciones económicas y los gastos innecesarios. Se mudó a una casa más asequible en la que plantó un pequeño huerto para autoabastecerse, teniendo así alimentos frescos y orgánicos siempre que quisiese.
Gabriel explica que cerca del 70% de sus pacientes padecen lo que él llama “obesidad emocional”, utilizando el peso como barrera de protección. Si se trabajan los problemas que la causan y se elimina el concepto de que grasa equivale a protección, el cuerpo está mucho más dispuesto a perder peso.
Tras haber perdido 80 kg, se dio cuenta de que no había tenido en cuenta las toxinas de su organismo. Comenzó a ingerir grandes cantidades de líquidos alcalinos –como el agua con zumo de limón, ensaladas y brotes, té verde– y observó cómo se aceleraba el ritmo de pérdida de peso. Esto es lo que él llama “un estilo de vida desintoxicado”.