Una revolución esta teniendo lugar en la medicina. En los últimos diez años se editan más y más estudios en los que se demuestra el efecto positivo de la meditación sobre las enfermedades. Llamó mucho la atención un estudio realizado por la Universidad de Harvard en la que demostraba un efecto positivo sobre la evolución del cáncer de próstata.
Gracias a la neurobiología, el PET y la resonancia funcional, se puede detectar la actividad cerebral en imágenes Los estudios de neuroimagen que analizan técnicas de atención han encontrado los sustratos tisulares y metabólicos que explican el efecto positivo de estos procesos congnitivos sobre nuestra salud. Tienen lugar cambios en el electroencefalograma y los efectos son tales que más y más clínicas incluyen técnicas de meditación en su respuesta terapéutica.
Aunque según datos de autopsias el cáncer en 1750 no existía, hoy en día, es epidémico. La quimioterapia, aunque controvertida, ha conseguido resultados. Aunque puedan existir casos no se puede generalizar la idea que un cáncer se cura tomando zumos o meditando. Pero tenemos que intentar no llegar a esa dramática situación. ¡Hay que cuidar la salud, no tratar la enfermedad!
Existe evidencia científica de que la activación del sistema parasimpático es primordial para una buena salud. Terapias controvertidas, como por ejemplo la Noesiterapia del Dr. Escudero intentan conseguir la activación del parasimpático para conseguir una disminución del dolor y una buena salud. La Dra. Bethany Kok ha publicado un estudio en la revista Psychological Science en el que demuestra que la actividad del parasimpático se encuentra muy aumentada en aquellos pacientes que meditan. En este estudio la Dra. Kok demuestra el análisis de 65 pacientes con los pensamientos positivos en el cual activaban el nervio vago (parasimpático). Esta activación del parasimpático la consigue el Dr. Escudero llenando la boca de saliva.
Es el cortex prefrontal, el cual también se activa por ejemplo cuando se hace ejercicio, el que decide el impulso de la amígdala y puede controlar las reacciones emocionales provocadas por estímulo de la amígdala. Es la actividad en la amígdala la que provoca situaciones de estrés y miedo mediante la estimulación del hipotálamo. Se ha demostrado que el control de la amígdala por el cortex prefrontal puede ser aumentado con la meditación. Estudios de neuroimagen enseñaron una mayor actividad en el cortex pre-frontal de las personas que utilizaban técnicas de meditación lo que llevaba a que fueran menos propensas a estrés y situaciones de miedo.
Los estudios de Candace Pert y Bruce Lipton (Figura) demostraron los efectos de los pensamientos sobre el metabolismo celular y la genética. Los estudios de neuroimagen que llevan ahora a la publicación de múltiples estudios nos muestran los cambios que tienen lugar en la actividad cerebral en situaciones de estrés, miedo y meditación. Un estudio de la Dra. Hölzel publicado en “Neuroimage” demuestra que en las personas que meditan, el cortex pre-frontal registra un aumento de la actividad de la amígdala sin suprimirla. Muchos hospitales como por ejemplo La Charite en Berlín se dedican intensivamente a la investigación de estos fenómenos que tienen lugar con la meditación. Pero lo que vienen a demostrar estos estudios es que el poder de curación es inherente a cada persona. Esto hace que el efecto placebo sea posible y que pacientes con dolor crónico puedan variar la percepción de este dolor utilizando técnicas de atención.
El paciente que en la consulta recibe mucha atención y esperanza con respecto a una curación se siente mejor por la activación de células en su organismo que llevan a la segregación de endorfinas, iniciando el proceso de curación. Optimismo, pensamiento positivo, sonreír y contactos sociales entre otros, tienen un importante efecto sobre nuestra salud. Así por ejemplo un estudio americano cogió las fotografías de 196 jugadores de baseball de 1952 y encontró en aquellos que en sus fotos sonreían tenían una expectativa de vida mucho mas larga. Otro estudio que incluía a más de 3800 personas, de 
la “UK University Medical Center”, encontraron que aquellos que meditaban o rezaban en casa tenían una expectativa de vida mayor. La psicóloga Holt-Lunstad recopiló los datos de múltiples estudios, obteniendo datos de más de 300.000 pacientes encontrando en aquellos que tenían contactos sociales una tasa de supervivencia 50% mayor a aquellos que se sentían aislados socialmente. Así sentirse aislado es tanto o más perjudicial para la salud que el fumar, el sobrepeso, la hipertensión arterial, etc. En pacientes depresivos se ha comprobado una disminución en la intensidad de la actividad y en la cantidad de las celulas natural killer (NK), aquellas que combaten el cáncer.
Se ha demostrado en múltiples estudios que el efecto placebo tiene lugar por la secreción de endorfinas a nivel cerebral. Estudios con PET demostraron que en los pacientes que recibían un placebo había un aumento de actividad a nivel cerebral que conllevaba este efecto. El Dr. Kaptchuk de la Harvard Medical School encontró un asombroso efecto en un estudio en el que comparaba dos grupos de pacientes con síndrome de colon irritable. Un grupo no recibía ningún tratamiento y el otro recibía pastillas de las cuales los pacientes sabían que no tenían ningún principio activo. El Dr. Kaptchuk y sus colegas sin embargo, explicaron a estos pacientes que tomaban las pastillas placebo el efecto que tenía el placebo sobre los pacientes tratados con él. El efecto de la toma de los placebos, sobre la sintomatología del colon irritable fue similar a la de la medicación convencional que se da en el tratamiento de esta enfermedad. Este efecto asombroso ha sido reproducido en múltiples estudios siempre con los mismo resultados: el efecto placebo existe y se puede explicar.
La meditación aumenta la sustancia gris en el cerebro lo que conlleva que el sistema inmune funcione mejor, disminuya la tensión arterial y mejore la actividad enzimática en nuestro cuerpo. Parece ser que el sistema nervioso parasimpático es una de las claves. En muchos países se utilizan desde anos técnicas de atención para la reducción de estrés Así el MBSR (Mindfulness-Based Stress Reduction) del Dr. Kabat-Zinn pudo tener tanto éxito.
Cuando en un estudio se trataron a distintos grupos de pacientes de maneras diversas se pudo demostrar como la administración de un medicamento que antes había ayudado a un cierto grupo de pacientes, cuando se le dio el mismo medicamento a otro grupo de pacientes diciéndoles que no iba a ser efectivo, no se instauró el efecto tan positivo que había tenido lugar en la primera toma del medicamento. En resumen, tenemos que cuidar nuestra actitud y nuestros pensamientos, nos conviene utilizar alguna técnica de atención como puede ser la meditación y tratar de tener siempre el sistema nervioso parasimpático activo sea de la manera que sea. En el tratamiento de pacientes con enfermedades crónicas estas informaciones resultan esenciales para el buen manejo de la enfermedad.
