Los cuadros psicológicos son muy difíciles de diagnosticar cuando se presentan en los niños. En muchos casos pasan desapercibidos durante mucho tiempo por lo que se pierde un importante tiempo para su tratamiento.
El marcado aumento de las separaciones matrimoniales no podía pasar sin dejar huella en nuestros niños. En los últimos años se ha visto un significativo aumento en la frecuencia de cuadros de depresión y ansiedad en la infancia.
La ansiedad puede ser parte del desarrollo normal de un niño, siempre que sea proporcionada a su edad y situación. Cuando no es así se convierte en enfermedad y se llama trastorno de ansiedad. Hoy en día la ansiedad afecta entre un 5 y un 20% de la población infantil. El gran aumento de los últimos años tiene que ver con el aumento de las cifras de separaciones matrimoniales.
La ansiedad que es consecuencia de una separación se la llama síndrome de ansiedad por separación. Esta ansiedad se manifiesta con síntomas físicos y psíquicos aunque serán mas s frecuentes los síntomas físicos. Estos niños tienen un miedo irracional a ir a la escuela o a separarse de sus padres. También pueden sentirse inseguros cuando se quedan solos, no separarse de un adulto, tener dificultades en la conciliación del sueño, presentar inseguridad, tener miedo porque le pase algo a un familiar cercano o presentar distintos miedos como por ejemplo a la oscuridad.
En el tratamiento será importante evitar que el pequeño paciente deje de ir al colegio.
El tratamiento medicamentoso o homeopático en muchos casos tiene que ir acompañado de una psicoterapia.
En muchos casos además presentan frecuentes rabietas y/o manías que son consecuencia de una excesiva rigidez conductual. Pueden quejarse de molestias físicas como dolores abdominales o articulares, pero también de molestias como vómitos y mareos sin causas física o aparente. La inseguridad y timidez en muchos casos puede llegar tan lejos a interceder con una conducta social adecuada produciendo una verdadera fobia social. En la mayoría de ocasiones estos niños cambian de forma de ser presentando agitación o tics.
En muchos casos también aparecen pesadillas y comportamientos en parte irracionales.
Los padres harán bien a poner especial atención en el comportamiento de sus niños cuando estos puedan ser participes de problemas en el matrimonio. Hay que tener presente que estos niños en muchos casos se dan cuenta de los problemas aunque uno piense que no es así. Tener en consideración los posibles problemas y actuar en consecuencia puede suponer un gran beneficio para la joven persona. Muchas veces vemos en la consulta a adultos que llevan consigo problemas psicológicos consecuencia de situaciones de ansiedad o depresión vividas a edades en las cuales no podían manejar adecuadamente los problemas que vivían y las sensaciones que de ellos resultaban.