• 14 SEP 11

    En el lado externo de la rodilla encontramos como en el interno una estructuración de los tejidos en tres capas, en la más superficial corren la fascia lata, el tracto iliotibial y el músculo biceps femoral; en la capa media corre el ligamneto colateral lateral y en la capa más profunda se encuentra la cápsula articular. En comparación al lado interno la cápsula lateral es mucho más débil ya que su grosor es menor. Pero así como en el lado interno las estructuras capsulares se encuentran íntimamente unidas con el tejido meniscal. El ligamento colateral lateral aparece redondeado al corte transversal y tiene aproximadamente de 5 a 7 cm de logitud. Acerca de su función se encuentran en la literatura médica actual distintas opiniones. Algunos autores lo consideran uno de los principales estabilizadores laterales de la rodilla. Otros autores no le otorgan, sin embargo, ninguna importancia en esta función estabilizadora.

    El diagnóstico corresponde al de la lesión del ligamento colateral medial. La radiología funcional, es decir la obtención de imágenes radiológicas aplicando una fuerza sobre la rodilla, tratando de abrir esta articulación, puede ser de gran utilidad para la visualización directa de las partes blandas. Sin embargo serán necesarias además una ecografia o una resonancia mágnetica. Aun asi, en la mayoria de los casos suele ser suficiente con el diagnóstico clínico.

    El mecanismo de lesión suele ser, al igual que en el ligamento colateral medial, consecuencia de un traumatismo directo o rotacional. Pero en el caso específico de ligamento colateral lateral es muy raro el que se reciba un traumatismo directo desde la parte interna de la rodilla, de manera que, en la mayoria de los casos el mecanismo de lesión en el esguince de ligamento colateral lateral de la rodilla será consecuencia de una fuerza rotacional sobre la tibia. Dependiendo de la fuerza del traumatismo se podrán lesionar estructuras del complejo lateral, pudiendo incluso aparecer una lesión de menisco o una lesión de ligamento cruzado.

    El diagnóstico clínico y el diagnóstico por imagen, en caso de ser necesario, tendrán que excluir lesiones asociadas. La clasificación de las lesiones corresponde a la del ligamento colateral medial, es decir se distinguen tres grados. Correspondiendo el grado 1 a la lesión menos grave y el grado 3 a la rotura total.

    En el tratamiento se coincide generalmente en tratar las lesiones grado 1 y 2 aisladas de manera conservadora. Entendiendo por aisladas que se ha excluido la posibilidad de lesión del ligamento cruzado anterior o del menisco. El tratamiento conservador constará de tres fases:

    • Primera fase: control de inflamación y dolor
    • Segunda fase: ejercicios de fortaleciemiento, sobre todo del cuadriceps
    • Tercera fase: se volverá a la actividad normal.

    Por tanto en la primera fase será necesaria la utilización de medicación antiinflamatoria, asi como la aplicación de hielo. En caso de ser necesaria una inmovilización para controlar mejor el dolor, se podrá suspender a los 5 días. En la primera semana puede ser necesaria la utilización de bastones ingleses para descargar la rodilla. Es muy importante no empezar con la tercera fase del tratamiento hasta que haya desaparecido el dolor a la palpación local y el dolor a la aplicación de fuerzas distractoras sobre el ligamento.

    En el caso de lesiones grado 3, en las que se ha excluido la posibilidad de una lesión de ligamento cruzado anterior o posterior el tratamiento conservador es, hoy en día, el preferido por la mayoria de los autores. Los resultados del tratamiento conservador han demostrado ser en estos casos superiores a los de la intervención quirúrgica. El tratamiento quirúrgico se suele reservar para las lesiones en las que a parte de la lesión de un ligamento colateral se encuentra una lesión de un ligamento cruzado o bien la lesión de un menisco. En caso de evolución normal, lesiones aisladas de ligamentos colaterales de grado 1 a 3 suelen poder volver a la actividad normal en un plazo de 6 a 12 semanas.

    Muchos pacientes, por lo menos al principio de la actividad deportiva normal, se encuentran más cómodos llevando una rodillera con refuerzo lateral. En algunos casos será suficiente con un simple vendaje con descarga durante el tiempo en el que haya dolor al pisar. El tratamiento local con medios de terapia física, como fricciones profundas, aceleraran el proceso curativo del esguince. En esguices de mayor gravedad, puede ser necesario limitar la movilidad de la rodilla, suprimiendo los últimos 30° de extensión de la rodilla y la flexión máxima, de esta manera se protegen las fibras del ligamento colateral medial y por lo tanto su curación. Hoy en dia es raro el caso en el caso en el que se aplicará un tratamiento inmovilizador de la rodilla con yeso. El tratamiento quirúgico dependerá sobre todo del grado de inestabilidad y de las posibles lesiones asociadas. Idealmente en el tratamiento deberian incidir factores como la actividad física del paciente. El tratamiento en una persona joven que no hace deporte será distinto al de un deportista de élite y diferirá también al de una persona anciana.

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