• 18 ABR 17

    Para la mayoría de la población, consumir un zumo de fruta puede parecer lo mismo que comer una o varias piezas de fruta. Pues lamentándolo mucho, un zumo de frutas, no es sinónimo de fruta en su forma natural.

    En ocasiones, y sobre todo en la actualidad, con el poco tiempo que tenemos, y en un intento de querer alimentarnos «rápido y bien», donde cada día nos sentimos más perezosos para alimentarnos de manera adecuada y buscando la comodidad, ha hecho que la población adopte la excusa para decir que se consume la cantidad recomendada de frutas al día al igualar un zumo de frutas con una pieza de fruta como tal. Pues bien, cada vez más, hay evidencia que estamos engañados ante este hecho, y que nutricionalmente hablando, un zumo de frutas no es equiparable a consumir una pieza de fruta tal y como se obtiene del árbol.

    Incluso hablando de un zumo recién exprimido, esta bebida puede tener casi tanto azúcar y calorías como cualquier refresco normal. Es más, existen investigaciones donde se incluyen a los zumos dentro del mismo grupo de las «bebidas azucaradas» ya que éstos cumplen características que forman parte de los requisitos de dicho grupo, entre ellas, tener al menos 50 kilocalorías por cada 23 centilitros. Para equipar alimentos, se incluyen en este grupo los refrescos, las bebidas deportivas, bebidas energéticas, tés helados dulces… Pues para hacerse una idea, un zumo de naranja sea o no casero, aporta unas 80 kilocalorias por cada 23 centilitros según el libro Tablas de Composición de Alimentos del CESNID-UB.

    Este hecho radica en que al exprimir la fruta, sus azúcares presentes, se han considerado tras varios estudios, como azúcares libres, los cuales se asocian con ciertas patologías crónicas, tales como Diabetes Mellitus tipo II, y su consumo, es  factor un predisponente a padecer obesidad.

    Existe además, un sistema de categorización para las bebidas, en función de su contenido energético, que fue publicado en marzo de 2006 por la revista American Journal of Clinical Nutrition, donde los sitúa en penúltimo nivel (nivel 5 de 6), dejando así en evidencia que su consumo de forma habitual no es recomendable.

    Si avanzamos a estudios más recientes, la revista British Journal of Sports Medicines en un estudio de abril de 2016,  hace referencia a que un zumo de frutas, no puede sustituir ni equipararse nutricionalmente al consumo de piezas de frutas en su forma original y no se consideran más sanos que cualquier otra bebida azucarada.

    El motivo de ello es que en  principalmente en cuanto a efectos metabólicos, no es lo mismo consumir un zumo de frutas que una pieza de fruta como tal, pues no estimulan la masticación y a efectos nutricionales, para conseguir un simple vaso de zumo de unos 250 ml se necesitan alrededor de por ejemplo, 3 o 4 naranjas. En cambio, el hecho de consumir en este caso, una naranja entera, que ayude a estimular las masticación, produce una mayor saciedad que beber cualquier zumo, y sería suficiente con una sola pieza, disminuyendo por ello el consumo de calorías que ingerimos.

    «Cualquier persona, podría llegar a incrementar su peso al año alrededor de unos 5 kilos consumiendo dos vasos de zumo de naranja al día manteniéndose estables en su ingesta habitual y su práctica de ejercicio».

    zumo de frutaEstas conclusiones han hecho pensar que el consumo de zumo de frutas de manera diaria, sea un factor predisponente más para padecer obesidad, sin importar la edad. Pues tanto en niños como en adultos, se ha asociado que un mayor consumo de agua dejando a un lado las bebidas azucaradas o los zumos de frutas, puede ayudar a disminuir el riego de padecer obesidad a largo plazo.

    No debe parecernos raro por tanto, que se dé cada vez más importancia a la insistencia del consumo de cinco raciones de frutas y verduras al día sin que provengan a partir de zumos y / o concentrados, donde además de hacernos ingerir mas calorías al día, pierdan algunos de sus nutrientes.

    Otro dato también a tener en cuenta para limitar su consumo en niños, es que se han relacionado el consumo habitual de zumos de frutas con la aparición de caries debido a este aporte «extra» de azúcares.

    Como conclusión general, debemos intentar aumentar nuestra ingesta de agua y no sustituirla por bebidas azucaras, refrescos o zumos como tal. Concienciarnos de que un zumo de fruta no es una alternativa saludable a otras bebidas que normalmente encontramos en el mercado, y por supuesto y tener siempre en cuenta que la fruta debe ingerirse tal y como se obtiene del árbol, es decir, en su forma original, ya que el hecho de beber un zumo, no es equiparable a consumir una pieza de fruta.

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