Ya en 2006 se tenía constancia de que el Nav1.7 (proteína mensajera) no se encontraba en las personas con la incapacidad de sentir dolor. Desde entonces, los laboratorios han tratado de elaborar fármacos que bloqueasen la acción de estas proteínas y así demostrar que son un elemento clave en el dolor.
Los científicos del University College London han publicado un estudio en el que se demuestra que las personas con carencia de Nav1.7, no sienten dolor y producen una mayor cantidad de péptidos opioides naturales, como endorfinas y encefalinas. Para demostrar su implicación, los investigadores dieron naloxona (bloqueador de opioides) a un grupo de ratas carentes de Nav1.7, que en el acto sintieron dolor. También ofrecieron el fármaco a una mujer con una rara mutación que no había sentido dolor nunca. Al tomarlo, por primera vez experimentó un estímulo doloroso.
Un antes y un después en el tratamiento del dolor
Este hallazgo podría marcar un antes y un después en la historia de los analgésicos y el tratamiento del dolor. El ibuprofeno o el paracetamol pueden aliviar asuntos menores, pero son prácticamente inservibles para afectaciones más graves, por no hablar de las peligrosas consecuencias que tiene su uso excesivo.Los investigadores aseguran que empezarán a realizar ensayos en humanos con enfermedades crónicas en 2017.
Como ya conocemos, los analgésicos opioides, como la morfina, son muy útiles paliando el dolor, pero su uso provoca dependencia y tolerancia, por lo que se necesitan mayores dosis conforme pasa el tiempo, aumentando también los efectos secundarios. Otra ventaja que encontramos con este descubrimiento es que al combinar los opiodes con los bloqueadores de la proteína Nav1.7, se necesitan dosis muy bajas.