Los estudios han encontrado relaciones entre el estrés agudo y/o crónico y una amplia variedad de problemas de salud, incluyendo la función de su cerebro.
Más recientemente, un estudio en animales muestra que los mayores niveles de hormonas del estrés pueden acelerar a corto plazo la pérdida de memoria en los adultos mayores. Los resultados indican que la forma en que su cuerpo responde al estrés puede ser un factor que influye en la forma en que su cerebro envejece con el tiempo.
Según Business Standard: «Los ratones con altos niveles de la hormona del estrés corticosterona mostraron cambios estructurales en el cerebro y declive de memoria a corto plazo.»
Robert Sapolsky, PhD, dijo que los animales de mayor edad con mayores niveles de hormonas del estrés en la sangre tuvieron cortezas frontales ‘mayores’ que los animales con menos hormonas de estrés, por lo tanto, el estrés puede actuar como un marcapasos del envejecimiento en esta región del cerebro clave.»
Investigaciones anteriores también han relacionado el estrés crónico con el deterioro de la memoria en el trabajo. Otras investigaciones recientes sugieren que el estrés puede incluso acelerar la aparición de la demencia más aguda conocida como la enfermedad de Alzheimer, que en la actualidad afecta a unos 5,4 millones de personas que viven en Estados Unidos, incluyendo una de cada ocho personas de 65 años y más de edad.
Afortunadamente, existen investigaciones convincentes que muestran que el cerebro tiene una gran plasticidad y capacidad de regeneración, que puede controlar a través de su alimentación y buenas elecciones en su estilo de vida.
Efectos del estrés sobre la memoria y el envejecimiento cerebral
Según lo informado por la Universidad de Iowa, donde se realizó la investigación destacada, los niveles elevados de cortisol afectan a la memoria, lo que provoca una pérdida gradual de conexión de las neuronas en la corteza prefrontal.
Esta es el área del cerebro asociada con la memoria a corto plazo. El cortisol, una hormona del estrés- tiene básicamente un efecto «corrosivo», lo que desgasta con el tiempo dicha conexión entre neuronas, responsable de la memoria de almacenamiento y el procesamiento:
«Este proceso a corto plazo que mejora el cortisol es crítico para la supervivencia. Promueve la superación y ayuda a responder a los desafíos de la vida haciéndonos más dispuestos y capaces de pensar razonablemente. Pero el aumento anormalmente prolongada o elevado en cortisol – como lo que sucede cuando presenciamos estrés a largo plazo – puede llevar a consecuencias negativas incluyendo problemas digestivos, ansiedad, aumento de peso y presión arterial alta.»
Los investigadores sugieren que es posible que pueda proteger la función de su memoria en años futuros al normalizar sus niveles de cortisol. Esta intervención sería especialmente benéfica para personas que están en alto riesgo de cortisol elevado, como los que están deprimidos o están lidiando con el estrés a largo plazo después de un evento traumático.
El estrés como desencadenante en la aparición del Alzheimer
El año pasado, investigadores argentinos presentaron evidencia que sugiere que el estrés puede ser un desencadenante en la aparición de la enfermedad de Alzheimer. El estudio encontró que el 72 por ciento – casi tres de cada cuatro —de los pacientes de Alzheimer habían experimentado estrés emocional grave durante los dos años anteriores a su diagnóstico.
En el grupo de control, sólo el 26 por ciento, o uno de cada cuatro, había sido sometido a mayor estrés o el dolor. La mayor parte del estrés experimentado por el grupo de la enfermedad de Alzheimer involucro:
- Dolor por un perdida; muerte de un cónyuge, pareja o hijo.
- Experiencias violentas, como asalto o robo.
- Accidente automovilístico.
- Problemas financieros.
- Diagnóstico de una enfermedad grave de un familiar.
Según el autor principal, el Dr. Edgardo Reich: «El estrés, de acuerdo con nuestros resultados, es probablemente un desencadenante de los síntomas iniciales de la demencia. Aunque yo descarto el estrés como monocausal (único factor) en la demencia, la investigación está solidificando la evidencia de que el estrés puede desencadenar un proceso degenerativo en el cerebro y precipitar una disfunción en el sistema neuroendocrino e inmunológico. Es un hallazgo observacional y no implica causalidad directa. Se necesitan más estudios para examinar detalladamente estos mecanismos detalle.»
Formas en las que el estrés actúa sobre la salud
Al entender cómo el estrés afecta a su biología, estará mejor equipado para combatirlo, y mitigar su efecto perjudicial.
En resumen, cuando usted está experimentando estrés agudo, su cuerpo libera hormonas del estrés (como el cortisol) que preparan a su cuerpo para luchar o huir de la situación estresante.
Su ritmo cardíaco aumenta, los pulmones toman más oxígeno, aumenta el flujo sanguíneo, y partes de su sistema inmunológico se suprimen temporalmente, lo que reduce la respuesta inflamatoria a los patógenos y otros invasores extraños.
Cuando el estrés se vuelve crónico, el sistema inmunológico se vuelve menos sensible al cortisol, y dado que la inflamación está regulada en parte por esta hormona, esta disminución de la sensibilidad intensifica la respuesta inflamatoria y permite que la inflamación se salga de control. La inflamación, a su vez, es el sello distintivo de la mayoría de las enfermedades, desde la diabetes hasta la enfermedad cardíaca, cáncer y Alzheimer.
No es tan sorprendente que los investigadores hayan encontrado relaciones entre el estrés y las dolencias que van desde el dolor físico e inflamación crónica, hasta muerte del feto y la mala salud intestinal (que es fundamental para mantener la salud mental y física).
Los investigadores incluso han encontrado que la ansiedad inducida por el estrés puede renovar su cerebro de tal manera que altera su sentido del olfato, transformando los olores normalmente neutrales en otros más inaceptables, y también esta relacionado con una pérdida de la agudeza visual, y al solucionarlo, muchos podrían eliminar sus gafas/lentes o lentes de contactos.
Herramientas para vencer el estrés
Si bien es prácticamente imposible eliminar todo el estrés de tu vida, hay herramientas que le permitirán a su cuerpo compensar el cortocircuito bioeléctrico que está relacionado cuando está estresado o ansioso. Recuerde que un poco de estrés es necesario en la vida. En muchos sentidos, es como el ejercicio, pero al igual que el ejercicio, debe abordarlo adecuadamente.
La Técnica de Liberación Emocional (EFT)
Es una herramienta de psicología energética que puede ayudarle a reprogramar las reacciones de su cuerpo ante el estrés cotidiano, lo que reduce sus posibilidades de desarrollar efectos adversos en su salud.
La EFT fue desarrollada en la década de 1990 por Gary Craig, un graduado de ingeniería de Stanford que se enfocaba en la curación y auto-mejoramiento. Es semejante a la acupuntura, que se basa en el concepto de que la energía vital fluye en todo su cuerpo a través de las vías invisibles llamadas meridianos. La EFT estimula diferentes puntos meridianos de energía en su cuerpo al ser tocados con los dedos, mientras que al mismo tiempo manifiesta sus propias afirmaciones verbales. Esto se puede hacer solo o bajo la supervisión de un terapeuta calificado.
De esta manera, su cuerpo se reprograma de manera que responda al estrés emocional. Debido a que estos factores de estrés están normalmente conectados a problemas físicos, enfermedades de muchas personas y otros síntomas también podrían mejorar o desaparecer.
Hacer ejercicio regularmente, dormir suficiente, y meditar son también importantes ‘válvulas de escape’ que pueden ayudarle a controlar su estrés. La aromaterapia también puede tener efectos que inhiben la ansiedad, al igual que la jardinería. De hecho, la llamada eco-terapia está siendo cada vez más conocida entre los muchos defensores en el campo de la salud mental.
Una excelente combinación es hacer ejercicio al aire libre. El ejercicio no solo es conocido por tratar el estrés y la depresión, sino que también beneficia directamente a su cerebro físico. Hace que su cerebro trabaje a una capacidad óptima al estimular la multiplicación de las células nerviosas, fortaleciendo sus interconexiones y protegiéndolas del daño. También, durante el ejercicio, las células nerviosas liberan proteínas conocidas como factores neurotróficos. Uno en particular, llamado factor neurotrófico (BDNF) derivado del cerebro, provoca otras numerosas sustancias químicas que promueven la salud de los nervios, y beneficia directamente a las funciones cognitivas, incluyendo el aprendizaje.
En base a los hallazgos que vinculan la demencia con el estrés crónico, contar con herramientas eficaces para abordar el estrés puede ser una parte importante en la prevención de Alzheimer, además de lograr y mantener una salud óptima en general.