En el caso de las adicciones, como podría ser el azúcar o el sexo, nos encontramos siempre la misma problemática, lo que cambia es el desencadenante y lo que queda es la ansiedad. Todas las impresiones que recibe nuestro cerebro tienen un efecto sobre la estructura del mismo. Cuanto más utilizamos unas ciertas vías neuronales, más se fortalecerán éstas convirtiéndose en algo parecido a autopistas. En cambio, aquellas vías neuronales que utilizamos menos se van degradando, convirtiéndose en carreteras comarcales hablando en sentido figurativo.
En el caso de las adicciones, la sustancia primordial es la Dopamina. La estimulación de los centros de recompensa y satisfacción de nuestro cerebro generan bienestar.
La aparición de Internet ha hecho que aumente exponencialmente el caso de número de adicción al sexo. Según un estudio publicado en el American Journal of Medicine en el año 2007, la adicción al sexo ha afectado a más de 18 millones de hombres de más de 20 años en los EE.UU. Se suponía que esta cifra era aún mucho mayor, ya que muchos por vergüenza no declararán ser adictos al sexo.
El motivo por el que la adicción al sexo es un problema primordialmente de los hombres se debe al «Efecto Coolidge” este efecto nos hace entender por qué la adicción al sexo aparece ante todo en hombres: el «Efecto Coolidge» describe que cuando se pone una rata masculina con una rata femenina en celo en una jaula, habrá copulación. Después de un tiempo, la rata masculina se cansa de la rata femenina y no le apetece ya el acto sexual, aunque la rata femenina siga receptiva. Pero en cuanto se reemplaza a la rata femenina, la rata masculina inmediatamente vuelve a ser receptiva al acto sexual y querrá copular.
Esto se puede repetir hasta que la rata masculina acabe totalmente extenuada por practicar demasiados actos sexuales. La facilidad con la que se accede a imágenes pornográficas incluso a videos sexuales en Internet provoca que el hombre se vuelva adicto a la pornografía.
Esto se ve beneficiado por lo frecuentes que son fotos en revistas, imágenes en televisión, imágenes en videos musicales, etc, con mujeres en poses seductoras. Al principio, el hombre se contentará con imágenes más simples utilizándolas para masturbarse y después de un tiempo requerirá cada vez imágenes más sugerentes, y películas con nuevas actrices o actores y poses más sugestivas.
De esta manera, el umbral de intensidad para el estímulo sexual va elevándose. La frecuencia de las masturbaciones aumenta pero con el tiempo necesita cada vez más estimulo para conseguir eyacular. Esto a veces acaba en eyaculación precoz, disfunción eréctil y la incapacidad de conseguir satisfacción sexual con su pareja o personas reales. La persona que no logra controlar esta adicción sufre cambios a nivel neuronal en el cerebro así como cambios a nivel bioquímico en el mismo.
Con el paso del tiempo tiene lugar una desensibilización, esto quiere decir que necesita mayor estímulo para conseguir una misma secreción de Dopamina. El hecho de no controlar el impulso llevará a que cada vez será más difícil el no sucumbir a la tentación de ver pornografía lo que acabará afectando la vida social de la persona. Varios estudios han encontrado que la actividad cerebral en las distintas adicciones (drogas, alcohol, pornografía, etc) es parecida.
La disminución del deseo sexual tiene que ver también con una disminución de los niveles de testosterona. Se sabe que el séptimo día de abstinencia sexual hay un aumento de más del 100% en los niveles de testosterona. Esta hormona es la responsable de un deseo sexual más marcado y además proporciona más energía.
Muchos pacientes a parte también entran en un mecanismo de auto-reproche por motivos religiosos o sociales, encontrándose realmente desesperados porque no encuentran una vía de salida. Esto a veces va tan lejos que adquiere tintes autodestructivos.
Estos pacientes necesitan apoyo psicológico, tienen que alejar toda información pornográfica de su entorno, tratando de evitar incluso fotografías de mujeres en bañadores. Y tendrán que empezar con la difícil tarea de aguantar largos periodos sin masturbarse o tener relaciones sexuales. Proceso el cuál es muy parecido a dejar de fumar, las primeras dos semanas es lo más difícil, luego cada vez se vuelve más fácil. Pacientes que han pasado por este proceso cuentan experiencias realmente maravillosas de las que se entiende lo mucho que ha mejorado su vida en calidad e intensidad.
Los famosos adictos al sexo
Los personajes populares que estamos acostumbrados a ver en los medios no se libran de la adicción al sexo. Son bastantes y de diferente motivo de popularidad: cine, deporte, música o incluso política tienen ‘representantes’ en la adicción al sexo.
Algunos de ellos son Lindsay Lohan, David Duchovny o Tiger Woods, a quien se le atribuyeron más de 100 amantes.
Fuente: http://www.highexistence.com/how-porn-rewires-the-brain-is-porn-bad-for-you/