• 26 FEB 13

    27 de diciembre de 2012: En la prestigiosa revista New England Journal of Medicine ha aparecido un estudio sobre la mamografía. Los resultados del estudio cuestionan la efectividad de la mamografía como método de diagnostico temprano. Los autores aducen que a pesar del gran aumento de casos diagnosticados el número de casos diagnosticados con cáncer de mama avanzado sólo ha disminuido mínimamente.

    Por esto los autores concluyen que ha habido un significante sobre diagnostico y que las exploraciones mamográficas en el mejor de los casos ha tenido un pequeño efecto sobre la tasa de muerte por cáncer mamario.

    En el estudio se analizan los datos de 1976 a 2008. Encuentran que el número de diagnósticos por cada cien mil mujeres ha aumentado de ciento doce a doscientos treinta y cuatro. Esto quiere decir que ha habido un aumento del más del 100%, o en otros números: se diagnostican en 2008 ciento veintidós casos más de cáncer de mama por cada cienmil mujeres que en 1976. La consecuencia del crin mamográfico se ha diagnosticado el cáncer de mama en estadios más tempranos, pero sorprendentemente no ha disminuido la tasa de cánceres de mama diagnosticados en estadio avanzado. La tasa de cánceres de mama en estadio avanzado únicamente se redujo en ocho mujeres por cada cien mil. Así los autores concluyen que en 2008 en EEUU más de 70.000 mujeres fueron sobre diagnosticadas. Esto representa el 31% de todos los casos de cáncer de mama diagnosticados.

    Desde hace ya varios años, se están cambiando los criterios de indicación para una mamografía en la mujer. En noviembre de 2009, la autoridad competente en USA, avisó que en mujeres antes de los cincuenta años, no es siempre necesaria la mamografía anual. Por lo demás recomendaron una mamografía cada 2 años en las mujeres entre 50 y 74 años de edad.

    La exploración mamografíca también presenta complicaciones. Estas son debidas por un lado a la irradiación de la mama y por otro a la compresión de la misma. Existen casos de cáncer mamario con seguridad relacionados al traumatismo por compresión producido durante la mamografía, así como existen los casos de cáncer mamario aparecidos después de algún golpe sobre el tejido granular mamario. Por otro lado es comúnmente aceptado que la mamografía es menos efectiva para detectar crecimientos anormales en las mujeres más jóvenes cuyos pechos suelen presentar una mayor densidad. La efectividad de la mamografía aumenta en las mujeres mayores, ya que la densidad a mayor edad va disminuyendo.

    Esto en el pasado ha llevado a que en muchos casos se ha diagnosticado en mujeres más jóvenes falsos positivos, por lo que se han realizado biopsias, preocupaciones y exploraciones innecesarias. La mamografía puede proporcionar falsos resultados en hasta un 56 % de las mujeres entre 40 y 49 años.

    El examen primordial en la detección precoz del cáncer de mama es la exploración de las mamas, por la mujer misma. Todas las mujeres deberían recibir indicaciones por parte de su ginecólogo sobre cómo realizar el examen manual de sus pechos. Es esta exploración la más importante para la detección precoz de los problemas mamarios. Especialmente las mujeres que presenten muchos cambios en el tejido mamario, con los vaivenes hormonales normales en una mujer, deben ”conocer” sus pechos. Otras exploraciones importantes son la exploración por ultrasonidos, la termografía y la mamografía.

    La exploración por ultrasonidos es muy válida y a veces considerada superior a la mamografía, pero depende mucho de la experiencia de la persona que hace el examen por ultrasonidos. En esta consulta disponemos de varios ecografistas de amplia experiencia con los que colaboramos para realizar dichas exploraciones.

    La termografía podría pronto convertirse en la prueba inicial para detección precoz de cáncer. Las mamografías no diagnostican hasta un tercio o más de los cánceres de mama. Esto depende sobre todo de la densidad del tejido mamario y del tipo de cáncer presente en el mismo.

    Mamografías

    Por otro lado hay que tener en cuenta, el riesgo que supone la irradiación que se recibe ya que esta se acumula a largo plazo, y puede ser la causa de que se produzca una degeneración cancerosa de las células mamarias.

    Exploración

    Una mujer premenopáusica que realiza anualmente una mamografía durante 10 años se verá expuesta, a una radiación de 10 rads en cada pecho. La mama de la mujer premenopáusica es altamente sensible a la radiación. Cada rad, supone un aumento de un 1% de padecer cáncer de mama. Esto quiere decir que en el caso de nuestro ejemplo, al cabo de los diez años, el riesgo de padecer cáncer de mama ha aumentado un 10%. Si consideramos, que la mujer empieza a hacerse a los 40 una mamografía anual, a los 50 presentará un riesgo un 10 % mayor. En el caso de las mujeres que empiezan con mamografías a edades inferiores a los 40 el riesgo parece ser mucho mayor, pero aún no ha podido ser concretado.

    En lo que concierne el riesgo de padecer cáncer por el traumatismo de compresión, este es un hecho que se conoce desde principios de 1900. En los principios de la mamografía este factor era muy importante ya que la compresión a la que se veía expuesta la mama durante la exploración era mucho mayor que hoy en día. Con los aparatos de mamografía de última generación que consiguen disminuir la compresión, ha sido reducido. Hace muchos años, las exploraciones aún eran, casi siempre muy dolorosas para la paciente y esto ha dejado de ser generalmente así. Pero siempre se producirá un daño por compresión y lo que a veces es peor, en caso, de presentar un cáncer no detectado, la compresión por la mamografía, rompe pequeños vasos y produce una dispersión de células cancerosas. La termografía en cambio, es una opción que no produce dolor, durante la exploración. En EEUU fue aprobada en 1982 por la FDA. Se considera que es efectiva en un 86 –90 % de los casos.

    Un estudio publicado en 2009, encuentra en la termografía una exploración efectiva en el 94,8% de los casos y la considera muy superior a la mamografía. Otros estudios, han confirmado estos resultados, de manera que se piensa que la termografía podría llegar a sustituir la mamografía como exploración inicial, en los reconocimientos preventivos.

    Toda persona que planifique con su médico las exploraciones y los exámenes a realizar como medidas preventivas deberá tener en cuenta cuales son los antecedentes familiares y personales. Considerando estos y otros factores de riesgo, y conociendo las posibilidades existentes (pruebas radiológicas, sanguíneas…etc.) habrá que decidir cuáles son las pruebas más indicadas en cada caso. Pero más importante parece que la persona que tenga antecedentes familiares de cáncer sea consciente de que el hecho de realizar ciertas pruebas anuales, no hace que deje de ser necesario tener estos antecedentes en consideración y vivir y alimentarse acorde a esta predisposición genética. Hay muchísimas medidas preventivas en los hábitos de vida como de alimentación, que cada persona debería de adoptar para si misma después de haberse informado suficientemente. Encontrará mucha información acerca de esta temática en las pestañas de Nutrición y Medicina general en nuestros Consejos.

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