• 21 ENE 13

    Todos conocemos la repentina reacción al susto o el miedo. La reacción ante la amenaza o el peligro inminente. En todas estas situaciones aumenta el tono muscular, se produce una rigidez del cuerpo y sobre todo de la musculatura de la columna cervical.

    Esta reacción en los principios de nuestra evolución, cuando aún se luchaba por la supervivencia en el sentido estricto de la palabra, nos ayudaba a proteger las estructuras vitales que recorren la región cervical de la amenaza. Había que proteger la traquea, los importantes vasos sanguíneos y la médula espinal.

    Hoy en día esta lucha por la supervivencia sigue existiendo aunque la amenaza no es la que era. Hoy no se trata de una lucha a vida o muerte con un animal u otra persona, es una lucha en nuestro día a día con y contra todo aquello que culpamos ser fuente de nuestro estrés. La suma de todos estos estímulos puede hacer aparecer la rigidez cervical o el temido tortícolis. Podemos incluso levantarnos por la mañana después de una pesadilla con estos síntomas. Aunque hoy en día en Occidente la causa más frecuente de la rigidez cervical es el accidente de tráfico. La incidencia del latigazo cervical se estima de 100 a 200 por cada 100.000 habitantes al año. Según un estudio español el tiempo de estabilización clínica después de un esguince cervical supuso más de 97 días. El período de incapacidad laboral promedió más de 69 días. Pues independientemente de cual sea su causa, lo que es comúnmente aceptado hoy en día es que cuanto antes se empiece a movilizar la parte afectada, antes se recuperará de la rigidez.

    El collarín cervical que solía ser recomendado por un plazo de 6 semanas después de un accidente mayor, debería ser desechado cuanto antes.

    Un estudio encontró una recuperación de los pacientes en seis semanas cuando eran tratados mediante fisioterapia. El plazo se duplicaba a 12 semanas cuando los pacientes eran inmovilizados con un collarín durante tres semanas. Un Kinesiotape es desde luego una opción mucho mejor.

    Con LNB estos plazos son disminuidos sustancialmente. En muchos casos un solo tratamiento de una hora aliviará al paciente por completo y definitivamente del dolor y posibles molestias concomitantes.

    Serán tratamientos de los puntos de dolor y los estiramientos de los puntos débiles efectuados de la manera en que se muestra en LNB Painless y LNB Motion los que devolverán la libertad de movimiento cuanto antes.

    En pocos casos harán falta más de tres tratamientos. Incluso en los casos crónicos, quiere decir los pacientes que acuden tres meses o más tarde al tratamiento de LNB son liberados de sus molestias en pocas sesiones. La medicina homeopática que es útil en muchos de estos casos es Rhus toxicodendron.

Este sitio web utiliza cookies propias y de terceros para optimizar tu navegación, adaptarse a tus preferencias y realizar labores analíticas. Al continuar navegando aceptas nuestra Política de Cookies.