• 21 ENE 13

    La lactosa se compone de una molécula de glucosa y otra de galactosa. Para que la lactosa pueda ser reabsorbida desde el intestino tiene que estar presente la enzima lactasa. Es esta enzima la que se encarga de dividir la lactosa en una molécula de glucosa y otra de galactosa, las cuales luego pueden ser absorbidas a nivel intestinal. La intolerancia a la lactosa aparece cuando en el intestino ya no está presente la enzima lactasa. Hay casos en los que la falta de lactasa es por causa genética, en estos casos se habla de intolerancia primaria a la lactosa. Cuando la intolerancia a la lactosa es consecuencia de un daño a la pared intestinal del intestino delgado se habla de una intolerancia secundaria a la lactosa .

    La forma más frecuente es la primaria. Casi tres cuartas partes de la población pierden después de la lactancia la capacidad de metabolizar la lactosa. Pero la desaparición de la actividad de la lactasa es un proceso lento que suele tener lugar durante los primeros 5 años de vida. Aun así es muy raro que se pierda del todo la actividad de la lactasa, pudiendo aumentar la capacidad de metabolizar lactosa estimulando el cuerpo tomando productos que contengan lactosa. en este contexto puede ser muy importante el examen de flora y función intestinal que ofrecemos en nuestra consulta:

    Aqui el ejemplo de un informe de la flora intestinal:

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    En este caso eran sobre todo las bacterias E. coli y las Bifidobacterias que causaban problemas y los Lactobacillos estaban disminuidos. Las Candidas, patógenos muy frecuentes, estuvieron presentes en cantidades normales en este paciente.

    En los países de la zona ecuatorial el porcentaje de población con una falta de la enzima lactasa es del 98%, en los países de la cuenca del mediterráneo este porcentaje baja al 70%, en Alemania se supone que sea alrededor del 14% y en los países escandinavos baja a un porcentaje del 3 al 8%. Por lo tanto en España es un problema muy frecuente y es importante no olvidar que suele aparecer asociado a intolerancias a otras sustancias. En los países de la cuenca mediterránea se tiene en cuenta estos datos, así por ejemplo en Grecia donde el 70% de la población es intolerante a la lactosa, el queso feta es producido añadiendo microbios para que tenga lugar un proceso de fermentación en el que la mayor parte de lactosa desaparece. En general el contenido de lactosa es reducido en el queso.

    La intolerancia a la lactosa secundaria frecuentemente es consecuencia de procesos inflamatorios intestinales, la toma de medicamentos como los antiinflamatorios no esteroideos y a la contaminación con bacterias E. coli enteropatógenas (quiere decir dañinas para el intestino). En estos casos el tratamiento será mediante la reconstitución de la flora intestinal. En el caso de no intolerancia a la lactosa esta llega al intestino grueso donde las bacterias metabolizan la lactosa sobre todo a H2O2, dióxido de carbono y ácidos grasos de cadena corta. Estos últimos luego son metabolizados a alcoholes y aldheidos. Los síntomas típicos de intolerancia a la lactosa que necesitan tratamiento son gases y dolores abdominales. Los gases en el intestino grueso son tolerados y evacuados bien. Pero cuando estos aparecen en el intestino delgado, a consecuencia de una alteración de la flora intestinal por ejemplo, estos gases son bastante incómodos. Suelen producir mucho dolor y cuando aparecen en la parte alta del intestino grueso pueden pasar a sangre y luego ser evacuados por los pulmones.

    Diagnostico de la alergia

    Esta es la manera como la intolerancia a la lactosa también puede producir halitosis cuyo tratamiento en estos casos tiene que ser dirigido a la intolerancia a la lactosa. En algunos casos se produce diarrea que es consecuencia de los ácidos grasos de cadena corta que se producen. Estos ácidos grasos atraen agua lo que produce una diarrea osmótica. La diarrea osmótica es una de las causas mas frecuentes de consulta de los pacientes con intolerancia a la lactosa. Esta también aumenta el peristaltismo intestinal y como consecuencia aparecen sonoros ruidos intestinales. Cuando en este proceso las bacterias intestinales producen histamina pueden aparecer muchos otros síntomas. Síntomas menos frecuentes son la pirosis o acidosis esofágica, la migraña, el cansancio y todo tipo de alteraciones de la consistencia y el olor de las heces. Así por ejemplo estas heces pueden flotar en el agua cuando contienen demasiado gas. Cuando estas heces contienen demasiadas grasas dejarán mucha marca en el retrete. El diagnostico de la intolerancia a la lactosa lo solemos hacer mediante la determinación de la EPX y la IgE especifica contra la lactosa a nivel intestinal. Por lo demás existen un test del aliento y un test genético. El test genético será el que nos diagnostique una intolerancia a la lactosa primaria.

    El informe de la flora intestinal nos refleja las distintas bacterias presentes en el intestino y su cantidad. De esta manera se puede hacer el tratamiento adecuado para cada caso de disbiosis. Habrá que conseguir que todas las bacterias estén dentro de su rango normal. También podremos determinar la EPX, valor que nos dirá si existe una alergia alimentaria. Si la EPX fuera negativa, sabremos que con seguridad no existe ninguna alergia a alimentos. Con la IgE específica a alimentos en heces podremos determinar cuales son los alimentos responsables de la alergia.

    En muchos casos habrá que restablecer la flora intestinal dando antibióticos como por ejemplo e metronidazol y también probióticos pero de manera guiada por el examen de heces. Otra parte del tratamiento será el tratamiento dietético que nunca consistirá en la total exclusión de la lactosa en la dieta cosa hoy en día imposible. Muchos alimentos como los embutidos contienen polvo de leche y por lo tanto lactosa. Otro pilar del tratamiento es la administración de lactasa en forma líquida o de cápsulas.

    Es importante considerar que hace 4000 años nadie toleraba la leche. Fué una mutación genética en la zona de Hungría la que llevó a la aparición de la lactasa y con ello a la tolerancia de la leche en la dieta. Aun así en el sur de Europa la intolerancia está presente en mas del 30% de la población y en Japón está por encima del 90%. Ofrecemos muchas posibilidades diagnosticas y terapéuticas para estos pacientes en nuestra consulta en Madrid.

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