• 08 DIC 12

    Mercurio puroHasta ahora se recomendaba que las mujeres embarazadas y los niños pequeños no consumieran más de una ración a la semana de ciertas especies de pescado azul. Ahora se recomienda que directamente no las consuman. A continuación detallamos la conclusión anterior.

    Como consecuencia de la actividad industrial, el mercurio está presente en el mar. El problema es tan grave que en Enero 2013 en el marco de la ONU alrededor de 140 países se pusieron de acuerdo en limitar nuestra exposición al mercurio. Sorprendentemente el mercurio que tenemos en nuestra boca en los empastes de amlagama quedó excluido de este acuerdo.

    Unos 90 ó 100 kilos al año. Esta es la cantidad de mercurio que según el grupo ecologista Oceana se escapa de la planta química Elnosa, situada junto a Ence en el complejo industrial de ¬Lourizán, y va a parar al mar. La industria sigue utilizando una tecnología obsoleta -denominada celdas de mercurio- para producir el cloro. Según Oceana está prohibida en la Unión Europea desde 2007, pero Galicia y otras cuatro autonomías españolas continúan tolerándola. El grupo ecologista anunciaba ayer que ha denunciado esta situación ante la Comisión Europea.

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    El mercurio comenzó a considerarse como un peligro medioambiental para la salud en los años 50 del siglo XX, a partir de una intoxicación masiva por metilmercurio que tuvo lugar en la Bahía de Minamata en Japón. La gravedad de aquel episodio se estima que en el año 1956, cuando se descubrió el caso, murieron 46 personas, es la razón por la cual la intoxicación por mercurio recibe el nombre de enfermedad de Minamata. En 1968, el gobierno japonés anunció que la causa de la intoxicación era la ingestión de pescado y marisco contaminado por los vertidos al mar realizados por la empresa petroquímica Chisso. A día de hoy, más de 50 años después del descubrimiento del caso, el área sigue afectada.

    El mercurio es un metal pesado que casi todo el mundo conoce bien debido a sus características, especialmente a su facilidad para agruparse y separarse en «gotitas». El mercurio puede presentarse en diferentes formas químicas, tóxicas todas ellas por inhalación, contacto e ingestión: vapor de mercurio, mercurio iónico o metilmercurio, esta última es la forma química más tóxica por ingestión, es la que está presente en mayor cantidad en los pescados.

    El pescado contaminado con mercurio se almacena principalmente en el cerebro, el hígado y el riñón. También se almacena en el resto del organismo, ya que se trata de un compuesto liposoluble, se elimina a través de las heces, la orina, las uñas y el pelo pero de forma muy lenta. Esta lentitud en su eliminación provoca que se vaya acumulando en el organismo cada vez que ingerimos pescado contaminado, motivo por el cual se recomienda espaciar la ingesta de este pescado.mercurio-salmon

     La ingesta de grandes cantidades de metilmercurio provoca una intoxicación crónica, que afecta principalmente al sistema nervioso central y que se manifiesta en forma de diferentes síntomas, como parestesia, ataxia o disartria. En el caso de mujeres embarazadas, puede afectar al desarrollo neuronal del feto, así como en niños de corta edad.

    Algunas de las especies que más probabilidad de contaminación sufren son el atún y el pez espada. Esto se debe a que son especies con cantidades importantes de grasa y sobre todo a que están situadas en lo alto de la cadena trófica lo que hace que no sólo acumulen el metilmercurio del mar, sino que también acumulan el del resto de especies menores cuando las ingieren.

    Es importante saber que el pescado, sobre todo el pescado azul, es una parte muy importante de la dieta: sus proteínas son de elevada calidad, presentando aminoácidos esenciales así como ácidos grasos esenciales, como omega 3 y vitaminas A, D, E, B6, B12. Por ello hay que tener en cuenta la relación riesgo-beneficio. En este caso excluyendo a los grupos de riesgo: mujeres embarazadas y niños menores de 12 años, los beneficios son mucho mayores que los riesgos, por lo que deberíamos seguir consumiendo pescado. Estamos utilizando los océanos y los mares como vertederos de basura y deberíamos empezar a cuidarlos mucho más.

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