A la alimentación le corresponde un papel importante en la prevención de la aparición de un cáncer. Aún así se han escrito libros exagerando su importancia. Curar un cáncer cambiando la alimentación parece mas bien un milagro, pero en su prevención, a la alimentación le corresponde un papel primordial. Al final de este artículo se encuentra a modo esquemático una lista de los alimentos más importantes para dos tipos de cáncer frecuentes.
Por un lado la alimentación puede suponer una carga de sustancias cancerígenas para el cuerpo, y por otro lado una buena alimentación puede aportar muchas sustancias que tienen efectos científicamente probados como sustancias preventivas de la aparición de un cáncer. Así por ejemplo se explica que el consumo de frutas y verduras pueda llevar a una significativa disminución en la aparición de ciertos cánceres.
La alimentación puede suponer un factor negativo en el caso de un exceso de aporte calórico. El sobrepeso y la masa de grasa abdominal son hoy en día factores importantísimos en el aumento de la incidencia de cáncer. También el consumo de una cantidad demasiado alta de grasas, proteínas animales, azúcar, café y sal tienen un papel importante. A veces los alimentos incluso contienen sustancias nocivas como por ejemplo las nitrosaminas. En otros casos la preparación de la comida es la responsable de la formación de sustancias cancerígenas como por ejemplo al sobrecalentar aceite de oliva en virgen extra o el momento de asar la carne en una barbacoa. También la falta de alimento con fécula supone un aumento en la posibilidad de aparición de un cáncer. La falta de fécula en nuestra alimentación ha sido científicamente relacionada con la aparición de cáncer intestinal y cáncer de pecho y de ciertos tipos de cáncer de pecho (hormonodependientes).
Son alimentos con gran capacidad protectora frente al cáncer: avena, pepinos, cebada, patatas, grosellas y otros frutos del bosque, melones, cebolla, té verde, semilla de lino, arroz integral, ajo, brócoli, soja, apio, zanahorias, jengibre y la granada.
En este contexto son muy importantes las sustancias vegetales secundarias. Estas son sustancias que se encuentran únicamente en las plantas, las cuales intervienen en su crecimiento y en su protección frente a enfermedades. Se estima que pueden ser hasta 100.000 sustancias distintas y que comemos normalmente 1.5 gramos de estas sustancias al día. Para ciertas de estas sustancias se ha encontrado que son más efectivas contra el cáncer que muchos medicamentos. Una de estas sustancias es por ejemplo el resveratrol. Pudiendo adquirir estas sustancias en forma química, siempre conviene tener en cuenta que será más sano tomar la sustancia en su forma natural.
Los carotenoides se encuentran en verduras de hoja verde y fruta (brócoli, espinacas, tomates, calabaza…) y protegen frente a la aparición de cánceres por disminuir procesos oxidativos.
Los fito estrógenos se encuentran en la soja, la semilla de lino, los cereales y las coles. Esta sustancia protege de los cánceres que son hormono dependientes como por ejemplo los cánceres de útero, mama y próstata. Pero también ha sido probado que protegen frente a cáncer de intestino de colon.
Los polifenoles se encuentran en las nueces, los cereales y también en el té. Estas sustancias son importantes porque inhiben el crecimiento de bacterias y virus y por lo tanto disminuyen los procesos inflamatorios que en el caso de ser crónicos son tan importantes en el proceso de aparición de un cáncer.
Las fitoesterinas se encuentran en las nueces, el sésamo, las pipas y el aceite de oliva virgen prensado en frío. Estas sustancias disminuyen el riesgo de padecer cáncer de colon y disminuyen los niveles de colesterol. Y además ayudan a mantener y mejorar la textura de la piel.
Los glucosinolatos son sustancias vegetales encontradas en las coles, y el berro así como en los rábanos.
Los inhibidores de proteasas se encuentran en aquellos vegetales ricos en proteínas como por ejemplo legumbres, patatas y cereales. Las saponinas también se encuentran en las legumbres y los guisantes, disminuyendo el riesgo de cáncer de colon. Y así existen muchas más sustancias, la mayoría de ellas desconocidas y otras como por ejemplo licopeno más extendido.
Es importante comer de una manera equilibrada que aporte alegría y bienestar. No tiene ningún sentido someterse a la fuerza a dietas de dudosa eficacia. El 40% del alimento que tomamos debería corresponder a fruta verdura, ensaladas y legumbres. Otro 35% puede corresponder a arroz, patatas y cereales. Pescado, carne, huevos, leche y productos lácteos solo supondrán un 20% de nuestra ingesta. Alimentos que contengan grasa, aceite, dulces y azúcar no pueden suponer más de un 5% de lo que comemos.
Conviene comer todos los días alrededor de 500 grs. de verdura ensalada y fruta. 
Deberán ser productos de temporada y a ser posible locales. Habrá que aportar también suficiente fécula mediante productos integrales. Estos aportaran minerales y vitaminas como por ejemplo la vitamina E. El pan deberá ser integral. La proteína animal supone un gran problema. Solemos tomar demasiada proteína animal con nuestra alimentación. Aun así es importante aportar suficiente proteína porque solo así las células podrán renovarse. Pero siempre será mejor ingerir una proteína vegetal a la animal.
No se tomará más de 2 cucharas soperas de aceite al día.
Y será bueno no abusar del aceite de oliva virgen extra prensado en frío, sino se hará bien en alternarlo con otros aceites como el de colza, el de lino, el de maíz o el de sésamo. En la cocina no utilizaremos el aceite de oliva virgen para asar los alimentos sino que siempre será mejor utilizar aceite de coco para este fin.
Por la mañana como primera cosa se tomará un vaso se agua caliente.
Verdura cruda no se consumirá por la noche sino en todo caso a medio día.
El desayuno será más fuerte que la comida y esta mas que la cena. Se cenará sin pan, tomando algo de verdura cocida.
Se reducirá el consumo de sal y a ser posible se evitará el azúcar.
Se preferirá alimento fresco al enlatado.
La cúrcuma es uno de los alimentos más importantes en el contexto del cáncer. Corresponde al grupo de los jengibres y cuando se adquiere se debería adquirir un envase cerrado herméticamente porque solo así se podrá estar seguro de que el polvo contiene las sustancias activas.
A modo esquemático para los dos tipos de cánceres más frecuentes, los alimentos que son más importantes:
Cáncer de mama: legumbres (soja, alubias y similares, lentejas) alimentos integrales, dos cucharadas soperas de semilla de lino al día, granada, ácidos grasos omega 3, cúrcuma, todas las coles como el brócoli, la coliflor, el rábano, etc. Y un alimento que no puede faltar en ningún tipo de dieta como lo es el té verde. Conviene tomar dos tazas al día pero fijándose en prepararlo adecuadamente. El ajo, manzanas, frutos del bosque, uva roja, albaricoques (sobre todo los secos), ensaladas, y brotes. Se evitarán: el alcohol, grasas animales, el queso y la leche, productos de harina blanca, comida industrial, refrescos, y ácidos grasos omega 6, (mayonesa y margarina). Aceites recomendables son: aceite de oliva virgen prensado en frío, aceite de lino, el aceite de colza, y el aceite de nuez.
Una alimentación recomendable en cáncer de próstata contendrá: todo tipo de coles, berros, legumbres, productos integrales, dos cucharadas soperas de semilla de lino al día, té verde, ajo, manzanas, frutos del bosque, chili, uva roja, germinados, verduras de hoja, albaricoques (sobre todo los secos), tomates calentados con algo de aceite, y cúrcuma que se utilizará junto a pimienta para condimentar los alimentos Se evitará: el alcohol, la carne roja, las grasas animales, la leche y el queso, productos de harina blanca, comida industrial, refrescos, y ácidos grasos omega 6, (mayonesa y margarina), el aceite de soja y de cacahuete, se recomienda aceite de oliva, aceite de colza y aceite de lino.
