• 29 OCT 12

     El 19.09.2012 salieron en los medios los resultados del estudio de  un grupo francés en relación a MAIZ  TRANSGENICO y un herbicida utilizado mucho en la agricultura a nivel mundial llamado  Roundup. Ya que las informaciones aparecidas en la prensa son parcialmente incorrectas vamos a resumir los resultados de estos estudios.

    Para empezar resulta sorprendente que estos estudios hayan realmente salido a la luz pública.

    Los resultados de estos dos estudios difieren significativamente de los resultados realizados por la empresa Monsanto. Una de las diferencias de los estudios es el tiempo de seguimiento realizado a los ratones. Pero lo mas importante son las grandes diferencias en sus resultados.

    Hasta la fecha estudios con una alimentación durante 90 días con maíz transgénico, fueron lo más amplio realizado hasta la fecha. El estudio de Monsanto incluyó únicamente 10 ratas y el tiempo de alimentación con maíz transgénico fue breve.

    En el estudio francés la alimentación de las ratas solo incluyó en una proporción del 30%, maíz transgénico, aun así aparecieron daños en hígado y riñones en un 83% de las ratas. Otra información del estudio de la Universidad de Caen implica que cuando las ratas bebían agua con una cantidad del glifosato – herbicida  contenido en el producto comercial  Roundup – aceptada como inocua para la salud, las tasas de cáncer aumentaban.

    imagesEn el estudio de la Universidad de Caen las ratas fueron agrupadas en tres grupos y alimentadas con tres tipos distintos de maíz transgénico. La cantidad de herbicida variaba en cada uno de los grupos. En el grupo en el que se utilizo maíz Nk605 y 33% de herbicida Roundup la incidencia de daños renales en ratas masculinas fue del 83%. Este efecto fue claramente dosis dependiente ya que a dosis inferiores no se manifestaba tan claramente. Por lo demás había diferencias significativas entre las ratas masculinas y las femeninas. Las ratas femeninas se veían mucho mas afectadas.

    Los tres tipos de maíz provocan daño en hígado y riñones. Estos daños dependen de la dosis y aumentan conforme aumenta el tiempo durante el que las ratas son alimentadas con este maíz. Entre el 50 y 80% de las ratas hembras padecieron grandes tumores después de dos años. El número máximo de tumores por animal fue de 3. En las ratas masculinas únicamente el 30% de las ratas se vio afectado. De las ratas hembras murieron hasta el 70% prematuramente. Los tumores en el grupo que recibió maíz alterado genéticamente fueron de 2 a 3 veces mas grandes que en el grupo control. Los tumores aparecieron en las hembras a los 7 meses y en el grupo control a los 14 meses.

    Hasta ahora los estudios nunca habían incluido la alimentación de las ratas durante dos años. En caso de que se confirmaran estos datos que ya han sido revisados por otros científicos antes de ser publicados, habría una revolución en la industria de producción de alimentos. En los últimos años gracias a la siembra directa utilizada en la agricultura, se ha podido aumentar significativamente la producción de granos. Si estos resultados se confirmaran podría quedar en entredicho este método de cultivo y por lo tanto disminuir drásticamente la producción de alimentos.

    En este contexto cabe destacar que las ratas en el fondo son animales que tienen una resistencia a sustancias toxicas mucho mayor que las personas. Esto se debe a que tienen una función hepática mucho mayor que la de los humanos.

    Además hay que tener en cuenta que las ratas sólo viven unos años y nosotros alrededor de 80 años.

    El maíz transgénico lleva en el mercado alrededor de diez años, así que puede ser pronto para evaluar efectos sobre la salud de las personas. Pero si estos productos en las ratas producen tumores que corresponden en peso al 25% del peso total del animal, se hace muy difícil encontrar una argumentación a favor del maíz transgénico, según algunos críticos. En el estudio de Caen se evidenciaron los más importantes cambios sobre todo a partir de los trece meses del experimento. Y además se incluyeron otros treinta estudios en animales que habían encontrado efectos nocivos sobre la salud de los animales producida por una alimentación con transgénicos. Según algunos especialistas en nutrición muchos de nuestros alimentos industriales contienen transgénicos sin especificarlo en la etiqueta incluso algunos alimentos para bebés contienen transgénicos. Estas mismas personas también dicen, no sin motivo, que al menos habría que dar la posibilidad de elegir si querer consumir alimentos transgénicos al consumidor, especificándolo claramente en las etiquetas de los alimentos. Incluso una dosis mínima del herbicida producía una importante induración de las glándulas mamarias en las ratas femeninas y en uno de los grupos se encontraron tumores mamarios en el 93% de las hembras.

    Las autoridades Europeas han manifestado que quieren estudiar los resultados del estudio francés y esperan llegar a una resolución antes de fin de año. Seguro que traerá cola.

     

     

     

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