Uno de los términos que habrá leído frecuentemente es el de fascia. ¿Qué es la fascia? Es una membrana fibrosa de tejido conectivo que envuelve los músculos, forma las cápsulas articulares, los tendones y los ligamentos. El tejido conectivo tiene tres componentes: células, fibras (colágeno, elásticas, reticulares) y sustancia fundamental. Esta última compuesta por polisacáridos, especialmente por el ácido hialurónico, que absorbe mucha agua. La fascia es como una segunda piel, todo el cuerpo está envuelto por tejido fascial. Los músculos, huesos, tendones, nervios, vasos sanguíneos y las vísceras están envueltos por este tejido y por lo tanto todo el organismo está interconectado sin interrupción por las fascias.
Este sistema de fascias tiene una extraordinaria capacidad de deslizamiento y desplazamiento. Así posibilitan todos, incluso los más pequeños movimientos, como el del ritmo craneosacro. Pero también el latido del corazón, la expansión de los pulmones al respirar, la elevación de un brazo etc. A nivel de la espalda existe por ejemplo la fascia toracolumbar. Cuando se ve la gran superficie que ocupa y su grosor se sospecha que pueda tener una gran importancia en el dolor de espalda. De hecho, actualmente, gran parte de las investigaciones se centran en esta fascia ya que al conectar a dos de los músculos más potentes de nuestro cuerpo como son el glúteo y el dorsal ancho, tener gran cantidad de células contráctiles y mecanoreceptores y estar localizada en una de las áreas que más dolor nos produce se la atribuye un papel primordial.
Antes de ser de interés para la comunidad investigadora se creía que se trataba de una estructura rígida. Fueron estudios con electromicroscopia e histológicos que lograron demostrar que las fascias contenían células musculares lo que les proporciona la capacidad de contraerse. Este sorprendente descubrimiento ha supuesto una verdadera revolución en los conceptos existentes hasta entonces. Sobre todo a nivel de la fascia toracolumbar se encuentran gran cantidad de células contráctiles. La contracción no tiene lugar únicamente por el estímulo mediante sustancias trasmisoras sino también por el estímulo mecánico. De esta manera un levantador de pesas puede levantar grandes pesos sin dañar sus discos intervertebrales, las fascias se encargan de distribuir estas fuerzas. Un grupo de investigadores de Harvard se ha centrado en estudiar la capacidad de las células del tejido conectivo en convertirse en células con capacidad de contraerse. Hoy en día se acepta a las células del tejido conectivo como células parecidas a las embrionarias pudiendo adaptarse a las necesidades. Así por ejemplo pueden volverse contráctiles mostrando fibras de músculo liso. Esto sucede en la curación de heridas y en enfermedades como por ejemplo la contractura de Dupuytren y el hombro congelado. Otro campo de investigación es el comportamiento del agua en la fascia. Debido a la capacidad de atraer agua se detecta un 68% de agua en la fascia en reposo. Después de un estiramiento de quince minutos el contenido es mucho menor y después de treinta minutos de descanso vuelve a un 68 %. Pero sorprendentemente si el estiramiento es más fuerte y el período de reposo más largo, el contenido de agua de la fascia subirá por encima del valor inicial de 68%.
Desde principios de los años noventa hay más y más grupos de investigación que se dedican a estudiar las propiedades de las fascias. En octubre de 2007 tuvo lugar el primer congreso mundial sobre la investigación fascial en la renombrada Universidad de Medicina en Harvard. Hoy en día existen muchos grupos de trabajo que se dedican a investigar las fascias. Desde el momento que se entiende su importancia empiezan a surgir métodos de tratamiento que actúan sobre las fascias.
En los últimos treinta años las hernias discales fueron consideradas como la causa principal de los dolores de espalda. Pero desde que se ha visto en estudios de imagen como por ejemplo la resonancia magnética que incluso personas sin problemas de disco podían tener dolor de espalda crónico y en cambio personas sin molestias a veces presentaban problemas discales, se empezó a sospechar de otras posibles causas. Según un estudio publicado en una prestigiosa revista médica únicamente alrededor del 25% de los pacientes con dolor de espalda presentaban herniaciones discales. Al observarse en tantas personas sin problemas de espalda protrusiones u otros problemas de disco los autores suponen que se trata de un hallazgo accidental sin relación con el dolor en muchos de los pacientes con dolor de espalda. Únicamente verdaderas hernias discales pueden ser consideradas con seguridad como la causa de posibles molestias. En los otros casos, no se cree hoy en día ya tan ciegamente en el disco intervertebral como causa del dolor sino más bien se sospecha que la causa sean microroturas de las fascias. Un estudio publicado en 2001 demostraba que no había relación entre la duración de la dolencia lumbar y la gravedad de los cambios observados en las imágenes de resonancia magnética. Un 31% de pacientes sin molestias presentaban cambios patológicos en los discos intervertebrales. Estudios con ultrasonidos mostraron un grosor mayor de la fascia en pacientes con dolor de espalda.
Al tener gran cantidad de mecanoreceptores las fascias suponen para el cerebro una de las fuentes de información más importantes acerca del estado del cuerpo.
Se sabe que a este nivel queda un largo recorrido investigador por recorrer y que solo se está al principio de conocer la importancia de las fascias en la propiocepción, el embodiment etc.
Resumiendo: Según las últimas investigaciones científicas en la mayor parte de los casos la causa del dolor está en las fascias. Las investigaciones aún están lejos de estar concluidas. Pero para la comunidad científica existe un nuevo culpable. Antes eran las hernias, ahora la fascia toma el relevo.
LNB ha iniciado ensayos científicos de su técnica de tratamiento del dolor. Esperamos con ansia los resultados aunque sus conclusiones ya se intuyen por los resultados del tratamiento en la práctica diaria. Viendo el impresionante efecto curativo del tratamiento de dolor mediante LNB Painless y de los ejercicios (estiramientos de los puntos débiles) prescritos posteriormente se entiende que la causa del dolor tiene que ser la programación errónea de la musculatura. Los estiramientos de los puntos débiles son ejercicios que suelen constar de seis pasos y que reestablecen la programación errónea de los músculos responsables de la aparición del dolor. De esta manera reducen rápidamente el acortamiento del tejido conectivo y reducen la carga responsable del daño de las articulaciones. En muchos casos el dolor desaparece al tratar puntos alejados del propio punto de dolor del paciente. Otras veces se presentan casos en los que el dolor desaparece simplemente con hacer los ejercicios de LNB Motion sin que el paciente sea tratado con presión sobre los puntos descritos en LNB Painless. Aún así es imperativo anteponer el tratamiento mediante LNB Painless a los estiramientos de los puntos débiles