• 19 FEB 10

    Más del 60% de los fumadores quiere dejar de fumar y ha realizado algún intento de abandono en el último año. Pero es importante saber que la adicción al tabaco es un trastorno adictivo crónico, en el que la recaída es parte del proceso para dejar de fumar. Al que le falte motivación para dejar de fumar quizas le ayude considerar que fumar es la causa principal para padecer cáncer por las mutaciones que produce a nivel celular. La persona que se ha decidido a dejar de fumar ya ha dado el primer paso para tener exito en su proposito.

    La voluntad es importante pero no suficiente.

    Será primordial que centre su atención en algo nuevo. Hay que poner su vida patas arriba, el fumar es parte de una cierta manera de vivir y pensar. Por lo tanto hay que cambiar esa forma de vivir y pensar. Hay que aumentar el ejercicio físico, tratar de empezar a correr todos los días o por lo menos un mínimo de tres días a la semana a un ritmo que se pudiera estar hablando con una persona que corre al lado. La meta tiene que ser correr cada vez unos 45 minutos. En lo que concierne el estrés suele ser de gran utilidad el coaching a ese respecto. El estrés es algo ficticio que se crea cada uno al darle demasiada importancia a cosas que no lo tienen y de todas maneras no vale la pena intentar cambiar activamente.

    Hay muchas ayudas para dejar de fumar, pero el exito es unicamente de la persona que lo intenta.

    El médico fijará con el paciente las caracteristicas del hábito tabáquico, explorará como fueron los intentos previos para dejar de fumar y discutirá con el paciente las opciones que existen para un nuevo intento. Algunos pacientes lo consiguen sin apoyo alguno. Deciden dejarlo y es lo que hacen. Otros ven a su madre morir lentamente por un cancer o sufrir durante años de las complicaciones de una enfermedad obstructiva crónica de los pulmones (imaginese necesitar arrastrar una botella de oxígeno consigo para poder sobrevivir) debido al tabaco y no encuentran la motivación para dejar de fumar. A muchos les ayudó la hipnosis aunque según los estudios científicos no es demostrable que la hipnosis sea efectiva. A otros les ayudó el EFT, una técnica emocional muy extendida en el mundo anglosajón. Otros métodos alternativos muy extendidos son la acupunctura y la homeopatía.

    En lo que concierne la homeopatía vease como ejemplo Tabacum fumar en el apartado de Homeopatía en nuestros consejos. La acupunctura encuentra aplicación en casos concretos no siendo válida como único tratamiento en ciertos casos. A muchos pacientes les ha ayudado hacer una dieta como por ejemplo Metabolic Balance. Al disminuir la ingesta de azúcares, cambia el sentido del gusto y se siente asco al fumar. La terapia medicamentosa sigue siendo la herramienta más usada para intentar dejar el tabaco. Esta consta fundamentalmente de tres pilares.

     

    El primero y más importante son los sustitutivos de la nicotina (TSN). Los hay en forma de chicles, parches, comprimidos sublinguales y spray nasal. Aumentan las probabilidades de abandonar el tabaco de 1,5 a 2 veces. La efectividad de los TSN parece ser en gran medida independiente del apoyo adicional proporcionado al fumador. (Silagy C, 2007). En fumadores de menos de 10 cigarrillos al día se utilizarán dosis más bajas. En aquellos con fracasos previos pueden utilizarse dos formas de TSN a la vez, por ejemplo parches (tratamiento de base) y chicles (para situaciones agudas) (Aveyard P, 2007). No es aconsejable utilizar este tratamiento sin control médico ya que presenta sus contraindicaciones y efectos secundarios. Los efectos secundarios se deben habitualmente al uso incorrecto y los fracasos con este tratamiento en una gran mayoría se deben a una infrautilización por el paciente no llegando a las dosis adecuadas.

    En España existen dos presentaciones distintas de parches de nicotina que se diferencian por la cantidad de nicotina que contienen y en el tiempo de aplicación recomendado: 16 y 24 horas. No hay diferencias de efectividad entre los parches de 16 y 24 horas. Suele administrarse 1mg de nicotina por cada cigarrillo consumido. En casos concretos se aplican combinados de parches y chicles o parches. Se suelen aplicar un máximo de ocho semanas y al final se suspende bruscamente.

    Los chicles de nicotina han de masticarse intermitententemente para permitir que la nicotina se absorba: se mastica 2-3 veces y luego se espera un tiempo sin masticar el chicle. Si se mastica el chicle continuamente la nicotina es tragada y entonces el chicle no es efectivo por que es necesario que se absorba la nicotina en la mucosa oral. Desde quince minutos antes de su uso hasta que se tira la única bebida que se puede tomar es el agua. Pueden usarse pautados o a demanda. Cuando se usan pautados se toma un chicle cada 1,5–2 horas, hasta un máximo de 20 al día. Para fumadores con alta dependencia o en aquellos en los que han fallado los chicles de 2 mgrs. deben utilizarse los de 4 mgrs. El tratamiento se mantiene 3 meses, reduciendo progresivamente la dosis. Un 30% presentan efectos adversos que suelen ser leves (irritación de garganta, nauseas, diarrea, úlceras en la boca, flatulencia) y no suelen precisar retirar el tratamiento.

    Los comprimidos son para fumadores con baja o moderada dependencia y contienen nicotina que se libera al chuparlo. Se chupa el comprimido hasta que aparece el sabor fuerte en la boca, entonces se deja de chupar y se continua chupando cuando disminuye el sabor. Pueden combinarse con parches de nicotina en fumadores con dependencia alta. Posología media un comprimido cada hora con un máximo de 12-15 al día, sin superar los 25 comprimidos, durante tres meses con reducción progresiva. Especialmente indicado en personas con problemas dentarios o de la articulación temporomandibular.

    El segundo pilar es el bupropión o Zyntabac como se llama en las farmacias. Este antidepresivo duplica las probabilidades de éxito. No parece tener sentido añadir bupropion al tratamiento con sustitutos de la nicotina. Siendo un antidepresivo tiene que ser pautado por un médico que tenga experiencia en el manejo de este tipo de medicación. Presenta ciertas contraindicaciones. El tratamiento se inicia mientras el paciente fuma, y se establece una fecha durante la segunda semana de tratamiento en la que el paciente va a dejar de fumar. Los efectos adversos más frecuentes son el insomnio, dolor de cabeza, sequedad de boca, sabor metálico y sensación de inestabilidad. En la mayoría de los casos no requieren suspender el tratamiento.

    El tercer pilar es la varenciclina que actúa específicamente sobre los receptores nicotinicos del cerebro. La vareniclina (Champix) aumenta las probabilidades de éxito a largo plazo en aproximadamente tres veces, en comparación con los intentos de abandono no apoyados farmacológicamente. Es más eficaz que bupropion y que la TSN (NICE, 2007). Hay dos ensayos clínicos (Jorenby DE, 2006; Gonzales E, 2006) con más de 2000 fumadores comparando Vareniclina, Bupropion y placebo. Aquí la Vareniclina fué 2 veces superior al Bupropion y 4 veces superior al placebo. Un 44% de los fumadores que tomaban Vareniclina dejaron de fumar completamente. La cifra fue de un 30% en los que tomaron Bupropion y 18% en el grupo que tomaron un placebo. El problema con esta medicación son los efectos adversos. En muchos casos aparece nausea tan grave que, aunque en muchos casos es transitoria, lleva a suspender el tratamiento

    Artículo de interés:

    Dejar de fumar (inglés)

     

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