• 16 FEB 09

    El hecho de que su prescripción esté tan extendida y que sea fácil conseguirlas ha propiciado que las benzodiacepinas y los tranquilizantes (Trankimazin, Rivotril, Valium, Idalpren, Orfidal, Dormicun, Noctamid, Loramet, Lexatín, Sedotime, Tranxilium, Dormodor, etc.) hayan ingresado en la escena de las drogas de abuso. Las benzodiacepinas, en este contexto, son consumidas de forma ilícita y en dosis altas por un gran número de poliadictos en todo el mundo, desencadenando efectos nuevos y peligrosos que no eran imaginados cuando las benzodiacepinas se introdujeron en la medicina, hace cincuenta años.

    Con el uso prolongado de estas drogas (benzodiacepinas), el cerebro deja de producir su propia sustancia GABA y empieza a confiar en que la droga maneje las funciones de estos químicos naturales del cerebro, es decir, el organismo empieza a depender de las benzodiacepinas para funcionar “normalmente”.

     

    Por eso cuando se deja de consumir estos sedantes después de un tiempo prolongado, el organismo sin benzodiacepinas y sin las sustancias naturales que ha dejado de producir durante el consumo de la droga, sufre alteraciones, que son conocidas como síndrome de abstinencia.

    Generalmente, el síndrome de abstinencia de una droga es el espejo de sus efectos primarios y por tanto, los síntomas de la abstinencia de las drogas benzodiacepinas son los opuestos a los efectos de estas sustancias. Estos síntomas incluyen incapacidad para dormir, ansiedad, tensión y trastornos musculares. La única excepción es que la propiedad de producir amnesia que tienen las benzodiacepinas no produce el efecto contrario durante el síndrome de abstinencia, sino que por el contrario la abstinencia de benzodiacepinas cursa con un aumento del deterioro de la memoria y del funcionamiento cognitivo.

    La gravedad y duración del síndrome de abstinencia de benzodiacepinas depende de la droga consumida, el patrón de uso, la dosis y la duración del consumo, las características de cada persona y del consumo de otras medicaciones.

    En general, el síndrome de abstinencia de benzodiacepinas se divide en abstinencia de dosis bajas y abstinencia de dosis altas. El Síndrome de abstinencia de dosis altas puede ocurrir después de tres semanas de consumo. La interrupción de sedantes-hipnóticos en personas que han estado usándolos en dosis altas puede producir deformaciones perceptuales, desmayos e hiperreactividad a estímulos externos, ataques con convulsiones y delirio, además de incluir estos síntomas a los que provocan la abstinencia por dosis bajas de benzodiacepinas.

    En definitiva, el síndrome de abstinencia es un obstáculo fundamental para la recuperación de la adicción a las drogas benzodiacepínicas.

    Pero la desintoxicación sin síndrome de abstinencia es posible.

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