• 02 FEB 07

    1Las estadísticas referentes a la frecuencia del dolor asustan. Dejemos de un lado todas las historias que en algún momento nos vienen a los oídos de personas cercanas que sufren dolor crónico. Son relatos que le hacen a uno estremecerse cuando escucha todo el sufrimiento que padece la persona afectada. La limitación en el día a día, incluida la noche. Toda su vida está condicionada por el dolor, las 24 horas del día. Se tiene que someter a un sin fin de tratamientos, acudir a fisioterapeutas, tomar múltiples pastillas, someterse a intervenciones quirúrgicas, acudir a terapeutas que prometen alivio con métodos poco convencionales e intentar tratamientos que jamás habría imaginado solicitar para al final seguir igual. Las relaciones personales se ven afectadas. La calidad de vida baja sustancialmente, disminuye la capacidad de concentración, la alegría de vivir, la capacidad de ejercer su trabajo, de socializar, de dormir y de realizar las más simples tareas diarias. Se verá excluida de la vida laboral y si no se vio afectada ya antes, con esto la situación económica también empeorará drásticamente. Para agravar la situación aún más al dolor crónico le seguirán la falta de confianza en si mismo, el aislamiento social, la depresión, enfermedades causadas por la medicación ingerida y en algunos casos incluso el suicidio.

    dolorEn EE.UU. se le ha llamado la epidemia silenciosa. Uno de cada cuatro adultos americanos dice haber padecido un día completo con dolor en el mes anterior y uno de cada diez dicen que este dolor persiste desde hace un año o más. 50 millones de americanos conviven con dolor crónico. Otros 25 millones tienen dolor por haber tenido una cirugía o haber sufrido un accidente. Dos tercios de estas 75 millones de personas con dolor lo tienen desde hace más de cinco años. Un estudio encontró que 36 millones de americanos habían faltado a su trabajo por dolor en el año anterior y 83 millones manifestaban que su capacidad de trabajo se veía afectada por el dolor que padecían. La lumbalgia deriva en un 7% de los casos en una incapacidad definitiva. El 3% de los trabajadores presenta una baja superior a un mes por dolor lumbar. Las autoridades americanas todos los años hacen extensos estudios de la incidencia de enfermedades en su población en edades comprendidas entre los 18 y 80 años. Según el grupo de edad en 2006 entre el 18,6 y el 32,7 % de los encuestados habían padecido dolor lumbar en algún momento de los tres meses anteriores a la entrevista. Entre 11,7 y 18,6 % los que habían sufrido de dolor cervical. Entre 7,3 y 17,8 % habían padecido cefalea intensa o migraña. Entre el 18 y el 48, 2% habían tenido dolor en alguna de sus articulaciones en los 30 días anteriores a la entrevista. Otro estudio encuentra durante los 3 meses anteriores a la entrevista migraña en un 12%, dolor cervical en un 13%, dolor lumbar en un 25% y dolor en la cara en un 4% de los encuestados. Los dolores afectaban sobre todo mujeres. Algunos de estos dolores eran el doble de frecuentes en mujeres que en hombres. Comparando los distintos grupos étnicos, eran los asiáticos los que con menor frecuencia sufrían dolores. En relación a la formación recibida, se detectaba una menor incidencia en aquellos que habían realizado estudios superiores. Personas que residían en áreas urbanas se veían más frecuentemente afectadas y dentro de las ciudades eran sobre todo aquellas personas que residían en zonas más pobres. En Australia el 20,9% de la población afirmaba tener dolor lumbar o problemas discales en 2001.

    ciaticcaPersonas mayores parecen haberse resignado a que la vejez implica tener que vivir con dolor. Hasta un 80% de las personas ancianas padecen dolores. Dentro de este grupo el 78 % de los sanos e independientes con edades comprendidas entre los 60 y los 69 años refieren tener dolor crónico. En los que tienen entre 80 y 89 años esta cifra se reduce a un 64%. Estas cifras se refieren a los que por otra parte se consideran sanos.

    dolor cervical ¿Es que de verdad hay que resignarse? ¿ Es imposible una vejez sin dolor? Cuatro de cinco americanos en piensan que una vejez sin dolor es imposible. Un 64% consultaría con al médico únicamente si el dolor que padecen se agudizara mucho porque piensan que el dolor es algo con lo que tienen que vivir. Un 28% pensaba que su dolor no tenía solución. En los sistemas de salud el dolor no es visto como entidad por si sola sino como parte de otro cuadro. El 83% de los dolores son atendidos por médicos de familia, el 40% por traumatólogos y el 17% por especialistas en Reumatología. Muchos estudios cuestionan que los profesionales tengan el suficiente conocimiento como para tratar estos pacientes. Esto se refiere al tratamiento con medicamentos pero más que medicamentos lo que hace falta es ejercicio. En este campo los médicos desgraciadamente no reciben ninguna formación durante su aprendizaje y por otro lado aunque tuvieran los conocimientos necesarios no disponen del tiempo de consulta suficiente como para atender estas cuestiones. Debido a esto se postula que el tratamiento del dolor es una tarea que debe implicar profesionales de diferentes áreas de la salud algo que en la realidad es poco frecuente. Tratar de combatir el dolor con medicamentos ha sido de ayuda en ciertos dolores como el oncológico pero en otros ha fracasado estrepitosamente. Las cifras demuestran que no es el camino a seguir en el futuro. Entre los períodos comprendidos entre 1988 – 1994 así como 1999-2002 el porcentaje de adultos que había ingerido medicamentos opiáceos en el mes anterior había pasado de un 3,2% a un 4,2%. El número de prótesis de rodilla implantadas en personas mayores de 64 años entre 2003-04 fué un 90% que en 1992-93. Se implantan más de 700.000 prótesis de cadera y rodilla cada año. El número total de prótesis implantadas aumentó en más de un 50% de 1996 a 2005. Se estima que en 2040 el número de fracturas de cadera en personas mayores pasará del medio millón.

    sindrome facetarioEn Alemania el 5% de la población mayor de 65 años presenta una artrosis de cadera. Solo en Alemania se implantan 200.000 prótesis de cadera cada año. Muchas de estas personas tienen aún después de la cirugía dolores en la articulación reemplazada. Sorprendentemente en EE.UU. desde 2003 los fondos aportados para la investigación del dolor bajan en más de un 9% cada año. La investigación del dolor en 2008 supuso únicamente el 0,8% de todos los fondos aportados para la investigación por las autoridades sanitarias americanas. Esta evolución es ciertamente desconcertante cuando se tiene en cuenta la prevalencia del dolor en la población. Es improbable que sea consecuencia de la resignación, habrá que asumir que son otros los intereses responsables de esta evolución. En lo que se refiere a Europa el número de estudios epidemiológicos es menor. Según un estudio aparecido en 2007 la incidencia del dolor en España es la más baja de Europa. La incidencia del dolor crónico es del 11% frente a un 30% en Noruega. Se calcula que en Europa se pierden anualmente 34 billones de euros como resultado directo del dolor. La pérdida de días de trabajo por persona es de cerca de 16 al año. Entre el 70 y el 85% de la población adulta sufre de dolor de espalda alguna vez en su vida. En el 2003 un 19 por ciento de la población sufría dolor crónico desde hace más de seis meses. Una de cada cinco personas encuestadas había perdido su trabajo por dolor. En España solo la lumbalgia en 1990 afectó al 6 por ciento de la población laboral activa, el 3,7 % estuvo de baja más de 30 días y los costes derivados se estimaban en más de 420 millones de pesetas. Las últimas cifras decían que se perdían solo por este motivo el 4,8% de las jornadas laborales, que la duración media de las bajas es de 41 días y que 650.000 personas pasan a una incapacidad laboral definitiva. El aumento se relaciona con el envejecimiento de la población en España viéndose afectadas nueve millones de personas. Hasta 8 de cada 10 consultas médicas están relacionadas con el dolor. La fibromialgia en España tiene una prevalencia del 5%. El dolor crónico tiene una prevalencia del 11% lo que significa que afecta a más de cuatro millones y medio de españoles. Su tiempo medio de duración es de 9,1 años, su causa más frecuentes la artrosis (47%). Su localización más frecuente es la rodilla y le sigue el dolor de espalda. La patología musculoesquelética supone el 10% de los ingresos hospitalarios. Sus costes suponen alrededor del 1% del PIB o sea 965.000 millones de Euros al año. Otro estudio español determinó que solo el dolor lumbar supuso un 11,4% de todas las incapacidades temporales en el período comprendido entre 1993-1998 representando un coste de 75 millones de euros.

    imgresEl primero estudio español sobre prevalencia del dolor se realizó en Cataluña en 1999. Se detectó dolor en los últimos seis meses en un 78,6% de la población. La espalda se vió afectada en un 50,9%, la cabeza en un 42%. El 84% de los dolores llevaba más de 6 meses. Un 36,1% se quejaba de dolor más de la mitad del día. En más de un 30% se afectaba la actividad cotidiana por el dolor. Un 23% de los encuestados presentaba dolor entre muy intenso e insoportable. El tratamiento más prescrito fue el farmacológico.

    Según cálculos actuales la repercusión económica del dolor puede corresponder al 2,5% del producto interior bruto de los países industrializados. Se encuentran explicaciones en el envejecimiento de la población y en otros factores relacionados con las sociedades modernas. Pero no nos engañemos la causa principal es la falta de movimiento. Considere el rango de movilidad que presenta la articulación del hombro. ¡Es asombrosa! La mano puede ser llevada en todas direcciones. Pues bien, gran parte de estos movimientos hoy en día nunca los realizamos. Nuestro rango de movimiento se concentra la mayor parte del día en lo que corresponde a teclear las teclas de un ordenador. Las cifras expuestas más arriba demuestran el fracaso en el tratamiento del dolor con los medios que han sido utilizados hasta ahora. Abordemos el problema desde la raíz. Todos los datos estadísticos expuestos demuestran el fracaso en el tratamiento del dolor por los métodos conocidos hasta ahora. Dolor que LNB trata con una tasa de éxito muy superior al 90% desde hace veinte años.

    imgresConsigamos que las personas utilizen el poco tiempo que les queda para dedicarse a su salud de manera óptima. Las personas que acuden privadamente a clases de Pilates, Yoga etc. siguen un instinto correcto. Desgraciadamente en muchos casos sus cuerpos ya no son aptos para este tipo de ejercicios o los hacen de forma incorrecta de manera que después presentan más dolores que antes. Deben ser ejercicios concebidos para personas que no han utilizado su cuerpo como lo deberían haber hecho durante muchos años. Pensemos en nuestros niños. España es el país europeo con la mayor tasa de obesidad infantil. ¿Cuál será el futuro de estos niños? Si no cambiamos radicalmente el abordaje en el tratamiento del dolor las cifras epidemiológicas empeorarán mucho más en el futuro.

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