Prevención del cáncer de piel

Ya ha llegado el calor y lo que apetece es refrescarnos en la piscina o en la playa y ponernos morenos. Aunque los rayos solares aportan importantes beneficios a la salud, todos sabemos que nuestra piel necesita unos cuidados específicos, no solo para cuidar nuestra imagen sino también para prevenir futuras enfermedades como el cáncer de piel. Bajo el lema “No te pases de morena, que dorada estás más buena”, la Asociación Española Contra el Cáncer ha querido llamar nuestra atención, ya que el 13 de Junio fue el Día Europeo de la prevención del Cáncer de Piel.

Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), las cifras del cáncer de piel se han triplicado en España en los últimos cuatro años. Además, se está dando un aumento muy significativo en jóvenes de 25 a 29 años, principalmente por consecuencia del abuso del sol en la infancia. Esta enfermedad tiene su origen en los melanocitos. Éstos son los encargados de generar melanina y dar color a la piel. La radiación UV del sol produce cambios en el ADN de estas células, que a pesar de su capacidad de reparación, si los daños son graves, se produce un crecimiento incontrolado de las células, formando el tumor.

Consejos para prevenir el cáncer de piel

La asesora médica de Laboratorios Cinfa, Aurora Garre, ha elaborado 10 consejos útiles para ayudarnos a prevenirlo, que son los siguientes:

1. 1. Debemos evitar la exposición al sol entre las doce de la mañana y las cuatro de la tarde, ya que los rayos solares son más dañinos. Si se puede lo mejor es cobijarse en la sombra y aunque estemos en ella o el día esté nublado, debemos aplicarnos protección.
   2. Utiliza cremas solares que te protejan frente a la radiación UVA, UVB e IR-A. Dependiendo de tu fenotipo, debes usar un determinado factor de protección, siendo mínimo de 30. Según la OMS debemos ponerlo media hora antes de la exposición al sol y reaplicar la crema cada dos horas y tras el baño.

1. Es interesante consultar los índices ultravioleta e infrarrojos mediante la Agencia Estatal de Meteorología (AEMET). Así podrás planificar las actividades al aire libre y evitar la exposición cuando la radiación sea más perjudicial.
2. No todos sabemos que las radiaciones solares se reflejan en la nieve (+80%), la arena (+25%) y el agua o la hierba (+10%), provocando que aumenten sus efectos sobre la piel. También aumenta con la altura, por ejemplo, en entornos montañosos. En estos casos, debemos protegernos con factores más altos.
3. Es importante utilizar la ropa correcta. Los colores oscuros normalmente nos protegen mejor del sol que los claros y los tejidos ceñidos son más aconsejables que los holgados. Debemos cubrir la cabeza con un sobrero, gorra o pañuelo, evitando así posibles insolaciones y que se quemen aquellas zonas de las que siempre nos olvidamos, como nariz, orejas o parte posterior del cuello.
4. Utiliza gafas de sol con una protección del cien por cien frente a los rayos UV, y que tengan el certificado de haber superado todos los controles de la Unión Europea.
5. Antes de los tres años, no es recomendable que los niños se expongan al sol directamente. Debemos aplicarles protección solar testada pediátricamente y protegerlos con las prendas mencionadas anteriormente. Se debe concienciar desde pequeños sobre los daños que puede provocar la exposición al sol, pues las quemaduras debemos evitarlas principalmente en la infancia y la adolescencia.
6. Cuidado con las máquinas de bronceado. La mayoría de los dermatólogos desaconsejan su uso, ya que emiten rayos UVA. La OMS apunta que su utilización favorece la aparición de cáncer de piel y que ningún menor debería utilizarlas.
7. Hazte una autoexploración del cuerpo mensualmente. Empieza de pie con los brazos en alto, de frente, de cada lado y de espalda. Examina los brazos, antebrazos y palmas de la mano; las piernas, los espacios entre los dedos y las palmas de los pies. Después, con un espejo, la parte posterior de tu cuello, la parte inferior de la espalda, las nalgas y los genitales.
8. Si observas lesiones pigmentadas sospechosas en tus autoexploraciones, debes concertar una cita con tu médico dermatólogo. Si no es el caso, realiza igualmente revisiones periódicas, especialmente si presentas algún factor de riesgo como antecedentes personales o familiares de melanoma o numerosos lunares.